Una persona sin hogar pasa la noche en un cajero automático de Vila.

BÀRBARA MUNAR

El centro de día de Cáritas atiende cada jornada una media de 37 personas y sólo el año pasado realizó un total de 9.177 asistencias. El centro de día es un espacio creado para dar acogida a todos los 'sin techo' que no tienen recursos o bien que no pueden acceder a los servicios sociales.

Según el coordinador de Cáritas, Jacobo García, es una instalación que se utiliza para que ellos «tengan un lugar para tomar un café o bien ser escuchados», pero que después, «utilizamos para iniciar con ellos un tratamiento de rehabilitación a través del pretaller», otro de los numerosos servicios que esta entidad presta a la sociedad ibicenca.

Según García, en este proceso se empieza un trabajo «largo y complicado porque las recaídas son numerosas». En este momento, el centro de día es el único que hay en la isla, en el que «lo que pretendemos es que tengan una mejora de su calidad de vida», explica.

Este recurso ha quedado corto, ya que en lo que llevamos de año ha atendido a un 45 por ciento más de usuarios que durante el mismo periodo de 2007. Este aumento tan desmesurado, según Jacobo, no sólo se debe «a que estamos en un periodo de crisis» sino, que es un problema de conciencia social. «Mucha gente de fuera nos pregunta si aquí hay pobreza, pero también muchos residentes no saben que sí la hay», asegura. El coordinador remarca que «como mínimo, cada día hay 300 personas, con nombre y apellidos, que duermen en la calle, en una chabola o hasta en cuevas».

Comedor social

Otro servicio que tiene Cáritas es el comedor social en el que se «intenta garantizar el derecho básico a la comida». Está abierto cada día del año de siete de la tarde a ocho y aquí se atienden a las personas que carecen de comida y que no tienen otra manera de acceder a un plato caliente. Este servicio atiende diariamente a 22 personas.

El comedor se mantiene gracias a la aportación del ayuntamiento de Vila, quien subvenciona 7.300 menús al año «para un servicio que es de carácter insular». El año pasado se sirvieron 8.500.

Según Jacobo García, si las cifras se mantienen, «este año cerraremos con 11.332 comidas», lo que significa un incremento del 152 por ciento. El año pasado, también se facilitaron 1.237 bocadillos cuando no había plazas disponibles en el comedor y 903 lotes de comida a personas con alojamiento pero sin recursos económicos. El 84 por ciento de los beneficiarios fueron hombres.

Inmigrantes

Cáritas también tiene un área de extranjería e inmigración donde se asesora y se informa sobre los trámites necesarios para favorecer la integración social y legal de los inmigrantes. Sólo el año pasado se tramitaron 214 expedientes, de los que el 62 por ciento de personas atendidas fueron mujeres. Destaca, respecto a años anteriores, el aumento en más de un 7% de personas originarias de Brasil, Colombia y Senegal como nuevas poblaciones de entrada en Eivissa y Formentera, mientras que en los últimos doce meses se ha reducido en un 14% las tramitaciones con ecuatorianos, «una población asentada e integrada desde hace más tiempo» en las Pitiüses.

Desde hace dos años Cáritas está trabajando con los diferentes ayuntamientos de la isla y con el Consell de Eivissa en una Mesa de exclusión social en el que se está estudiando para crear un centro de baja exigencia.

Un centro que en principio tendría unas 40 plazas para dar alojamiento, asistencia sanitaria y psicológica, «donde también se pudiera empezar un proceso de reinserción». De momento, hay un anteproyecto presentado que «fue aprobado por los ayuntamientos» en el que se preveía una inversión inicial de unos 600.000 euros porque «habría que construir o bien adecuar un edificio» para poder atender este colectivo.

La ubicación todavía se desconoce, pero la idea sería colocarlo en un lugar «accesible para este tipo de población».