Los hermanos Ricardo y Piti Urgell, ayer minutos antes de la presentación del libro de Pacha. Foto: ISABEL FLORES

unca una fruta se había hecho tan famosa por todo el mundo. Con una elaborada y cuidada imagen de marca, la discoteca Pacha, que abrió sus puertas por primera vez en 1963 en Sitges con la idea de Ricardo Urgell, ha conseguido establecerse como uno de los principales clubes de baile no sólo en Eivissa sino en lugares tan diferentes como Marrakech, Buenos Aires o Sao Paulo a partir de los años 80, cuando comenzó su expansión internacional. Ese crecimiento se complementa con la línea de ropa y complementos que expande esa imagen de marca allá por donde pasa. Este año, Pacha celebra sus 40 años de existencia con la publicación del libro Pachá, 40 años de historia, que presentaron ayer los hermanos Ricardo y Piti Urgell.

-¿Por qué ha decidido hacer este libro?

-Ricardo Urgell: El único discotequero que ha hecho balance e imagen de su historia he sido yo porque los demás ni felicitan las Navidades. He dedicado mucho tiempo y esfuerzo a la historia de la imagen y del producto, de la historia de Pacha y de lo que ha pasado en la isla.

-¿Cómo ha enfocado el libro?

-Tocando todos los aspectos; todos los que trabajan en mi empresa, todos los que son clientes y los famosos que nos visitan, que también son parte de lo que vendemos. Es un conjunto de todo lo que refleja el suceso de estos últimos 16 años. El último libro, el del 25 aniversario, salió en 1992 y tenía 500 páginas. Éste (el de cuatrigésimo aniversario) tiene 700 y está editado por Planeta; es un señor libro. Hemos hecho un trato con la editorial para que lo distribuyan por toda España, parte de Suramérica y Marruecos porque tenemos Pacha en Argentina, Brasil y Marrakech. En el libro también se habla de todas las franquicias que tenemos. Además, se refleja nuestra línea de ropa y los perfumes, por ejemplo. En definitiva explica todo lo que es nuestra empresa.

-¿Cómo contempla desde hoy aquella aventura que empezó en Sitges, con nostalgia o satisfacción?

-Con las dos cosas. Nostalgia mucha. Como decía mi abuela 'tiempos pasados fueron mejores'. Y ahora la entiendo. Los que somos mayorcitos nos damos cuenta de que era más bonito lo de antes que lo de ahora. Por lo menos para mi gusto, pero hay que estar en lo que toca y estar al día.

Como bonita era más bonita, sin duda alguna, la Costa Brava de cuando yo era niño o Eivissa cuando vine en el 68; era un millón de veces más bonita.

-¿Sigue apostando por la fórmula discoteca?

-Cuando inauguré Pacha en Sitges en 1967 la palabra discoteca no existía; se llamaban boites. Cuando inauguré Pacha Ibiza en el 73 la palabra discoteca tampoco existía; empezó a usarse en el 75 o 76. Vino de Francia, discotheque, que empezaron a aplicarla a un local con música mecánica.

-¿Cree que las discotecas siguen siendo la seña de identidad turística de Eivissa?

-Creo que sí. Por un lado está bien, pero por otro me parece mal en el sentido de que todo degenera. Si la isla degenera, también lo hacen las discotecas. Se ha perdido el encanto de aquella Eivissa con pequeños locales por culpa de haber hecho una discoteca ilegal en su momento, que reformó las grandes discotecas en lo que hoy en día existe en Eivissa. Fue Ku el primero que hizo una discoteca ilegalmente en una urbanización. Aquello deformó la isla y la desproporcionó hasta llegar al nivel de lo que hoy es el mundo de la noche. Yo tenía mi pequeño Pacha y recuerdo que los de Ku tuvieron todo el apoyo de la Administración Pública, por lo que consiguieron hacer ese sitio tan famoso, pero era muy fácil hacerlo allí. Los niños pequeños lo habrían hecho igual. Julio Herranz

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