Imagen aérea de la carretera de Sant Antoni.

C. ROIG

El Consell aprobó ayer un informe sobre el proyecto modificado de la carretera de Sant Antoni en el que, entre otras cosas, pide que se incremente la velocidad de la carretera de 80 a 100 kilómetros en algunos tramos porque así lo ha solicitado también la Dirección General de Tráfico (DGT). Este límite de velocidad sólo se utilizaría en parte del recorrido, ya que habrá que disminuirla en algunos puntos por las condiciones del trazado y de visibilidad o por ser tramos urbanos (por ejemplo Can Negre). Según explicó la portavoz del Consell executiu, Marga Torres, la DGT ha pedido que se autorice esta velocidad «para igualarlo a otras carreteras de las mismas características». Esta propuesta se hace antes de que se instale la nueva señalización de la zona.

El director general d'Obres Públiques, Antoni Armengol, explicó ayer que esta es una decisión que se tomará una vez terminadas las obras y teniendo en cuenta «los informes pertinentes» y la opinión de la DGT.

Desde el Consell también solicitan una solución para los numerosos estudiantes que tienen que pasar por la rotonda de Blanca Dona para acceder a los centros educativos. En esta zona es imposible colocar una pasarela elevada debido a unas líneas aéareas existentes y por eso lo que se propone desde la máxima institución insular es mejorar las condiciones de seguridad de los viandantes estrechando los carriles e instalando aceras más amplias. También se solicitan aceras en el ramal de acceso a Sant Rafel.

En la rotonda de Blanca Dona además quieren que se instalen una serie de carriles cero (con separación física de los demás) para que los coches no tengan que parar y puedan ir directos hacia Eivissa y Sant Antoni desde el segundo cinturón. Otra de las propuestas es para que se separe físicamente el tronco de la carretera de los viales de servicio y evitar «situaciones de peligro». Asimismo se tendría que estudiar una reordenación de entradas y salidas en el polígono de Montecristo y la zona industrial, ya que el proyecto modificado «no soluciona el problema de la dispersión de accesos». En este sentido también se considera que debería haber una entrada hacia el barrio de Can Llaudis y no sólo una salida y que se tendrían que habilitar dos paradas de autobús para este barrio, además de un paso seguro entre las dos aceras de la carretera.

La máxima institución insular quiere también que se alargue el ramal de entrada a Sant Rafel desde Eivissa, que se instalen semáforos donde haya pasos de peatones para «evitar situaciones de peligrosidad» y la colocación de marquesinas y bancos en todas las paradas de autobús. Además, se debería revisar toda la señalización vertical y se tendría que conservar la tipología tradicional (paredes de piedra, etc). En cuanto al drenaje, se solicita que haya imbornales en las zonas donde se construyan aceras para que «no nos encontremos con carreteras inundadas».

Desde el Govern explicaron ayer que se atenderán todas las peticiones del Consell, incluidos los carriles cero de las rotondas y la reordenación de la entrada a Montecristo y al Hiper Centro.

El Consell ha rechazado varias de las propuestas que ha hecho el Govern para evacuar el agua de la autovía al aeropuerto, unos drenajes que en su día se planificaron mal porque van a parar en mitad de un campo y al lado de un hotel. La máxima institución insular indica que dos de las alternativas del Govern utilizan la acequia de sa Sal Rossa para desaguar, un elemento que forma parte del «conjunto salinero tradicional» junto a la torre des Carregador (BIC). «Se trata de una acequia reguladora que todavía mantiene una cierta función», dicen desde el Consell, donde explican que en todo caso se podría utilizar si se restaurara.

Desde el punto de vista medioambiental, el Consell considera que una de las alternativas (la que contempla también utilizar la acequia) afecta al espacio natural de ses Salines, porque la conducción del canal de ses Salines está clasificado como Lugar de Interés Comunitario y Zona Especial de Protección de Aves. Además, se afecta directamente a las dunas de la zona con daños que podrían ser irreversibles. Por último se aconseja la reutilización del agua de la autovía para riego de jardines y limpieza de viales.