B.MUNAR

El Centro de Estudios y Prevención de Conductas Adictivas (Cepca) realizó durante el 2006, 2.415 actuaciones, mientras que el año pasado, 7.257 personas se beneficiaron de los diferentes programas que el Cepca desarrolla en las Pitiüses. Este centro según++ explicó la consellera insular de Política Sociosanitaria, Patricia Abascal, realiza estudios y asesoramientos cuando se producen conductas adictivas, «ya sean de estupefacientes, alcohol, tabaco o bien ludopatía». Abascal destacó que este incremento de más del 200% en menos de un año se debe «básicamente a que en el 2007 se han realizado programas que han permitido entrar en los institutos y llegar a un mayor número de personas». La consellera quiso destacar la importancia de este centro por su tarea de prevención para evitar que «los jóvenes empiecen en el consumo de determinadas sustancias».

El Cepca trabaja en diferentes áreas como el ámbito educativo con actuaciones con profesores y alumnos o en el ámbito familiar, comunitario y laboral. Durante el 2007 el mayor esfuerzo del centro fue en la educación. El responsable de este programa en las Pitiüses, Alberto Villar destacó las tareas de prevención en secundaria con grupos de riesgo. «Se trata de jóvenes que ya usan sustancias estupefacientes y les enseñamos las diferencias entre el uso y el abuso». También destacó una exposición itinerante sobre el cannabis, porque se trata de «la droga que más consumen los jóvenes de entre 14 y 18 años». Villar aseguró que el motivo es su bajo coste y porque muchos «adolescentes piensan erróneamente que es bueno la salud».

En el ámbito familiar, el centro desarrolló un programa de información y asesoramiento que va dirigido a familias que tienen indicios de que alguno de sus hijos ha consumido sustancias adictivas. El año pasado se atendieron a 72 familias de las que 41 recibieron el alta. En estos tratamientos hay «un trabajo terapéutico tanto con los padres como con los chavales.»

Desde el Centro de Estudios y Prevención de Conductas Adictivas destacaron que una de las prioridades es tratar que los padres se informen y tomen «la responsabilidad de coger el papel de informar y formar a sus hijos sobre los peligros que existen» en cuanto a drogas y las nuevas tecnologías. El responsable del Cepca, Alberto Villar, destacó que muchos padres «delegan esta tarea a los profesores, pero es una responsabilidad de la familia».

Villar aseguró que el mayor peligro para los adolescentes, en estos momentos, son las nuevas tecnologías debido a la «falta de conocimiento». Según Villar, Internet «es un tema que está desbordando a los padres porque sus hijos saben muchísimo más que ellos.» Afirmó que Internet «tiene aspectos muy positivos pero también ofrece peligros y no es razonable que los padres los desconozcan y no puedan orientar a sus hijos».

Villar dijo que muchos padres prefieren tener a su hijo todo el fin de semana conectado a Internet porque ello supone «quedar fuera de peligro de las drogas y de la noche» pero Ia red también enmascara otros peligros como «la adicción o no aprender a relacionarse».

El Centro de Orientación, Formación e Inserción Sociolaboral (Cofisol) atendió el año pasado a 1.153 usuarios. Este departamento encontró trabajo para 13 usuarios, ocho todavía están en búsqueda activa y 13 se encuentran en proceso de inserción. Este centro contactó el año pasado con 219 empresas de la isla.