La Fiscalía ha pedido el archivo de un caso en el que se investigaba un vertido de lodos de depuradora en la finca de Cas Mallorquí, en Sant Joan. Un vecino del lugar denunció ante el ministerio público que en un terreno muy cercano al restaurante Can Gall se habían tirado lodos con los consecuentes malos olores y numerosas moscas que se habían generado. El fiscal pidió en su día un análisis pormenorizado del suelo al Instituto Nacional de Toxicología, que cogió muestras y dictaminó que la contaminación no era peligrosa y no contenía metales. Por eso desde Fiscalía se ha decidido pedir el sobreseímiento del asunto por no ver delito en este vertido de lodos, realizado por la Conselleria de Medi Ambient a través del organismo Abaqua.

Esta acumulación de material procedente de la depuradora fue efectuada por una Unión Temporal de Empresas formada por Aqualia, TPA y FCC, cuyos responsables ya declararon en su día ante el juez, ya que se trataba de dilucidar también si contaban con el correspondiente título de gestión de residuos. Esta UTE tiene adjudicada la gestión del servicio.

Este tipo de vertidos son muy polémicos y no es la primera vez que son denunciados por los vecinos por las numerosas molestias que provocan. La situación es especialmente grave en verano, cuando el calor intensifica la putrefacción del material y provoca un hedor mayor, acompañado en numerosas ocasiones por una proliferación de moscas. Desde la Conselleria de Medi Ambient siempre han explicado que estos vertidos de lodos se hacen a petición de agricultores para abonar los campos de cultivo y aseguran que no representan ningún tipo de problema.

Los vecinos de otros puntos de la isla, como Sant Antoni o Cala d'Hort se han dirigido en ocasiones a este periódico para denunciar situaciones similares.