El Consell de Formentera ha decidido no dar este año el permiso de apertura a dos kioscos de playa en la zona de Migjorn, el Giallo y el Blanco, que son dos de los más representativos de la zona y que congregan en mayor medida a los turistas italianos en plena temporada turística.
Paco Marí, uno de los promotores de los kioscos de playa Blanco y Giallo, ha mostrado su contenido enfado e indignación por la decisión del Consell de Formentera de no conceder el permiso de apertura de ambos establecimientos situados en la playa de Migjorn. «El pasado año se les dio unas órdenes de funcionamiento, pero en un momento en el que era imposible efectuar dicho cambio en los términos exigidos, porque cada empresario ya había hecho la contratación de su personal y la orientación del mismo, pero pese a todo, en estos kioscos se siguió en una línea lo más ordenada posible en función de las incidencias que pudieran producirse, intentando cumplir dentro de lo posible la responsabilidad ante los requerimientos de la primera institución de la isla en esos aspectos», resaltó.
Para Marí y sus representados, la situación al principio de la temporada pasada era incongruente ya que «se llegó a un punto en el que la isla estaba preparada y montada de cara a la temporada con mucha anterioridad, ellos lo saben (por el Consell) no es una cosa de cinco días o una semana», señaló.
Paradoja
Marín considera ilógica la situación cuando «curiosamente se habían hecho unas promociones en Italia, concretamente en Milán poco antes de la temporada, subvencionadas totalmente por estos promotores, Fabio Bellicci y otros empresarios, mientras que entre los sponsors figuraban diversas marcas de bebidas, pero siempre con la presencia institucional de Formentera, no solo de forma figurada, sino también de forma presencial».
En esta presentación especial, la más importante que Formentera había hecho nunca en el exterior, en el Museo Trienale Bovisa, «se promocionó Formentera de una forma muy efectiva y la isla funcionó a su ritmo, tal y como era de esperar con la promoción efectuada» dijo Marí.
Sobre el anuncio realizado por el Consell por el cierre de los locales, Marí señaló que «en octubre mantuvimos los concesionarios de playas una reunión con el Consell y posteriormente otra en febrero con el presidente del Consell y en ningún momento nos dijo que iban a cerrar los kioscos o mejor dicho que no iba a permitir su apertura, sino que estaba muy enfadado porque durante el pasado verano no se habían cumplido todas las exigencias que, hay que decirlo, eran muy difíciles de cumplir debido a que la temporada y la planificación ya estaba hecha en función de la buena acogida propiciada con la presentación en Milán».
Las causas
Los motivos para una decisión tan drástica habría que buscarlas en las bases y condiciones por las que Costas autoriza las concesiones temporales y las claves podrían ser que se sirvan comidas sin ajustarse a la normativa, al cierre que debe ser a la puesta del sol y la autorización de música o que esta sobrepasara el volumen máximo permitido, pero Marí afirmó «por la cuestión de la comida no es posible porque sólo se servían bocadillos fríos envasados según la norma, música por descontado que había porque todos los kioscos la tienen y no seré justamente yo -dijo Marí-, el que ponga el dedo en la llaga, pero el problema ha sido, según el ayuntamiento, la cantidad de vehículos que acudían y estacionaban en las inmediaciones de estos locales».
Para Paco Marí desde que el Consell ha dicho que la decisión es definitiva «la situación no está cruda sino negra» para estos kioscos y señaló que el posible cierre o no apertura de dichos kioscos puede suponer un cambio sustancial en la dinámica de otros frecuentados por el turismo italiano y apuntó al Big Sur en donde, dijo, «se está intentando cambiar la dinámica del mismo para evitar colapsos de clientes y caos circulatorio, y sin embargo el cierre de Blanco y Giallo supondrá, sin lugar a dudas, muchos problemas, ante la incpacidad de asumir la avalancha de un determinado turismo que pueda ir a ese establecimiento al haberse cerrado los otros dos de igual origen o destino, el turista italiano, y por eso hay una clara indignación por los cierrres o prohibición de apertura y preocupados por los kioscos 'italianos' que estarán abiertos».
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