Esperanza Ribas Prats más conocida en el pueblo de Sant Josep como Esperanza Graó ha dedicado más de 30 años a cuidar la iglesia de este pueblo. La mantenía limpia, decorada con flores y la abría y cerraba cuando los guías turísticos la requerían para que los visitantes pudieran conocer el interior del templo. Esta mujer de 66 años dedicó parte de su vida a ser el «ama de llaves» de la iglesia del pueblo.

Por ello, a eso de las siete de la tarde se le rindió un homenaje sorpresa, supuestamente la habían invitado a merendar en un bar del pueblo, situado frente a la iglesia, donde la recibieron los guías turísticos, sus amigos, el alcalde Josep Marí Ribas y José Luis, el párroco. Como obsequio la entregaron un ramo de flores, un pañuelo de seda y la harán llegar a modo de recuerdo la foto del acto. También tuvieron ocasión de hacer un brindis por su dedicación y esfuerzo. Esperanza se mostró muy emocionada y en todo momento manifestó su agradecimiento.

Este reconocimiento ha sido organizado por la Asociación profesional de Informadores Turísticos de Eivissa y Formentera (Apitif), «lo hemos hecho por su dedicación y porque gracias a ella han visitado la iglesia de Sant Josep millares y millares de personas extrajeras en todo estos años. Gracias a ella todo los guías hemos podido mostrar esta iglesia tan emblemática de Eivissa. Además la llamábamos un domingo a las tres de la tarde diciéndole que había un crucero y que si podíamos visitar la iglesia y ella venía corriendo», explicó Vicky Borras, presidenta de Apitif. En estos momentos Esperanza ya está jubilada, eso sí con un reconocimiento como se merece.

N. S.