La oferta de amarres en puertos deportivos de Eivissa es escasa, obsoleta y está provocando una pérdida importante de ingresos para el conjunto de la economía de la isla. Así lo apuntó ayer el representante en las Pitiüses de la Asociación Provincial de Empresarios de Actividades Marítimas de Balears (Apeam), Rafael Cardona. «En los meses fuertes del verano seguro que se ocuparía un millar más de amarres», apuntó, aunque, a renglón seguido, reconoció que durante el resto del año la demanda sería algo más baja.
«La necesidad de más puestos de atraque en los clubes náuticos y puertos deportivos es evidente y se puede apreciar fácilmente todos los años. Si no, ¿qué explicación hay para el gran número de barcos que fondean cada temporada en s'Espalmador, en la bahía de Sant Antoni o en la zona de Botafoc del puerto de Vila», explicó Cardona. «Necesitamos crecer. El náutico es un sector emergente en España y de gran importancia en Balers», añadió.
La expansión de la demanda de este tipo de actividad se refleja en «el crecimiento espectacular de las marinas en todo el Mediterráneo español», apuntó el representante de Apeam. «Aquí, en cambio, y debido a las causas que sean, se está produciendo un freno muy importante a esta expansión, lo que conlleva a una pérdida de competitividad, de forma que lo que nos está quedando para diferenciarnos es sólo el entorno», lamentó.
Para Cardona la advertencia es clara: «O reformamos y ampliamos la oferta de amarres para adecuarla a la evolución de la demanda o vamos a ver cómo se va reduciendo cada vez más la temporada e, incluso, lo notaremos en los meses de julio y agosto».
Cliente «sibarita»
«Al turista náutico, que suele tener un poder adquisitivo medio alto, le resulta inconcebible que tenga que fondear en el puerto de Vila sin poder llegar a pisar tierra. Lo que quiere es poder atracar en el puerto, bajar a tierra y disfrutar en la isla», apunta el empresario náutico. «Se trata de un turista muy sibarita, que aprecia las costumbres culturales y gastronómicas de la isla, que acostumbra a ir a los restaurantes de referencia y al que le gusta el arte, las joyas e ir de compras, algo que su poder adquisitivo le permite», añade. La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB), apuntaba esta semana que el gasto medio de este tipo de visitantes se sitúa entre los 110 y los 120 euros diarios.
Esta evolución de la demanda se centra en la cantidad de amarres, «por fortuna, antes una barca de siete metros la tenía sólo la gente con cierto poder adquisitivo y ahora cualquier trabajador puede disponer de una», pero también en sus características.
«La demanda de puestos de atraque para barcos de entre 25 y 40 metros está creciendo enormemente y es, precisamente, una de las más restringidas que tenemos. La reforma del Club Náutico de Sant Antoni y la nueva concesión de Ibiza Nueva incluyen más amarres, especialmente para yates de grandes dimensiones», explicó.
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