Muchos padres acudieron ayer a la sala tres de Can Ventosa acompañados de sus retoños para disfrutar de la obra de teatro L'ou màgic. Pasados unos minutos de las 19'00 horas, el aforo del espacio donde se representó la obra estaba prácticamente lleno. En primera fila, los más pequeños para no perder detalle de la divertida representación. Un poco más allá, los papás y las mamás que también decidieron pasar un buen rato escuchando una de las narraciones más originales sobre la creación del mundo. Eso sí, todos ellos en un silencio absoluto que únicamente se vio interrumpido por las exclamaciones y risas de pequeños y mayores.

«Necessit canvis; alguna cosa que revolucioni ma vida», decía la diosa Isu, que estaba aburrida de vivir sólo con el cielo y la tierra. «Para conseguir estos cambios llama a un amigo suyo que también es dios y desencadena una tormenta espantosa que al principio gusta mucho a Isu, pero que posteriormente la agobia», afirmó minutos antes de la obra Inés Sarmiento, que protagonizó la obra junto con Rafel Alcántara, ambos del grupo teatral El milagro de la niña. Tras esta tormenta, la diosa Isu sigue sintiendo que le falta emoción en su vida y pide ayuda a los cielos otra vez. En esta ocasión, otro dios crea a una patita: «No sé on ficar es meu ou, puc fer un niu al teu cap?». Isu accedió y vio cómo el huevo se quedaba con ella: «Aquest ou esta cada cop més calent, em crema sa pell, definitivament em crema!», explicó la protagonista al atento público que la observaba. Para calmar todo el calor que estaba sintiendo por el huevo decidió meterse en el agua y por extensión el huevo se sumergió con ella: «L'ou es va trencar en 1.000 cosetes útils. És així com es va crear el firmament, el sol, la lluna i finalmente na Isu va poder tocar terra ferma», explicó Rafel.

«Se trata de una obra un poco subrealista, pero que creemos que resulta muy atrayente para niños y mayores», explicó Inés, quien además de dirigir, actuar y encargarse del montaje también escribió el guión de esta historia que acaba como empezó: con un huevo: «Los personajes son utensilios de cocina. Al final la satrén presenta el huevo al fuego, que son otros dos personajes, y de este encuentro nace el huevo frito». Y fin de la historia.

María José Real