C.A Los alumnos recibiendo una clase en un pasillo del colegio Vara de Rey de Sant Antoni se ha convertido en una estampa habitual del centro educativo que pide a gritos una reforma desde hace más de cuatro años. Sin embargo el comienzo de la reforma se tropieza con varios obstáculos: el inicio de la temporada con la suspensión de obras en el centro urbano del municipio, una obra que contempla una demolición y excavaciones lo que es incompatible con la actividad escolar y, además, la proximidad del colegio a un establecimiento turístico con piscina. Toda una serie de problemas que obstaculizan el inicio de las obras.

La Conselleria d'Educació y el Ayuntamiento de Sant Antoni están en negociaciones para ver si es factible hacer la demolición y las excavaciones antes del verano. «La colaboración ha sido extraordinaria», conciden ambas partes. Sin embargo, se encuentran con una serie de obstáculos: «Estamos mirando cómo se puede hacer la demolición de las viviendas anexas y hacer el rebaje necesario de manera que se pueda salvar la suspensión durante el verano y afectar a los niños durante el periodo escolar. Es complicado», dice Miquel Costa, portavoz municipal. Y es que las obras no sólo pueden afectar a los niños de tres aulas que se trasladan durante las obras sino que Costa asegura que «pueden afectar a los demás, porque las obras son importantes y durante un tiempo afectará al resto». Una de las posibilidades que baraja Educació y el Ayuntamiento, según Costa, es el traslado del colegio: «Estamos mirando un centro que pueda acoger durante un tiempo con una garantía a los chavales. Los técnicos están mirando qué solución damos porque el problema de la escolarización de Sant Antoni nos afecta a todos». Costa asegura que esta posibilidad «sería la más remota, pero se ha planteado»Â·