La reunión celebrada ayer en la Conselleria de Salut con el Sindicato Médico.

S. CARBONELL/C. ALCÀNTARA El Sindicato Médico de Balears, que prepara una huelga si el Govern no atiende sus demandas de mejoras laborales, lamentó ayer la «falta de concreción» del IB-Salut ante sus reivindicaciones y ha expresado su «escepticismo» sobre el resultado de las negociaciones.

Representantes de esta organización profesional mantuvieron ayer una reunión con el director del IB-Salut, Josep Pomar, para tratar de negociar mejoras en las condiciones de trabajo de los facultativos empleados por el sistema sanitario público de las islas. El secretario general del Sindicato Médico, Isidro Torres, ha manifestado que el planteamiento de su interlocutor es el de la «venta de humo», ya que no ha entrado a debatir las reclamaciones concretas de los médicos. Entre las mejoras exigidas por el sindicato está la subida de la tarifa por hora extra de guardia de 18'50 a 30 euros, ya que este concepto no ha sido revisado en los últimos siete años. También demanda la consolidación de las plazas de unos 600 médicos interinos que llevan una media de seis a ocho años trabajando en la sanidad pública y reclama una revisión de los sueldos de los 450 médicos internos residentes (MIR) de Balears.

Otra de las peticiones del sindicato es que se resuelva la «asimetría» entre los servicios de Atención Primaria y de los hospitales, ya que en el primer caso la media de pacientes asignados a cada médico asciende a unas 2.000 y cobra menos que los médicos hospitalarios, que sufren menos la presión de la demanda. La quinta demanda de la organización médica es el establecimiento de un complemento de insularidad para los facultativos de Menorca e Eivissa, para que se iguale al que se cobra en Formentera y evite la gran rotación de plantilla en estas islas. «La administración nos ha respondido con una negociación en el marco global», ha lamentado Torres, para quien «ya está bien de palabras» y ha llegado el momento de abordar las reivindicaciones del Sindicato Médico, que son «innegociables». La Conselleria de Salut y el Sindicato Médico mantendrán una próxima reunión el lunes en la que la administración entregará su propuesta por escrito.

Para el director del Servei de Salut, Josep Pomar, la reunión de ayer fue positiva ya que «la amenaza de la huelga se ha moderado». Pese a que el Sindicato Médico no descarta que haya paros, el director del Servei de Salut sostiene que «debe imperar el sentido común, se habla de huelga en el sector sanitario en situaciones extremas y no estamos así».

A las reivindicaciones planteadas de tipo retributivo, como complementos, salarios, residentes, «se le puede encontrar una solución pero en un plazo en el que veamos cómo se va conformando el modelo retributivo de los médicos en el futuro», explicó Pomar. Sin embargo, dijo que a corto plazo se le ha planteado donde tiene que ir este modelo, concretamente en la retribución de horas de guardia, proponiendo «una adaptación continuada del precio de la hora de guardia de manera que las retribuciones en Balears no estén nunca por debajo de la mayoría de las comunidades».

Consenso
Recordó que en cuatro años no se ha tocado el precio de la guardia y, con este sistema, «nos comprometemos estar en el tramo alto, en las comunidades autónomas que paguen más». Los precios de las guardias rondan desde los 27 euros hasta 14 y en Balears se encuentra ahora en 19'2 euros. Respecto a las retribuciones fijas, sueldo base, Pomar aseguró que Balears se encuentra en quinto lugar, no estamos tan mal. El director del Servei de Salud insistió en la necesidad de llegar a «a un consenso» sobre qué complementos deberían establecerse en las retribuciones médicas: por objetivos, insularidad o actividad aunque, eso sí, a largo plazo.

Al director del Servei de Salut le gustaría «encontrar el clima de tranquilidad para trabajar y negociar estas mejoras retributivas que nosotros aspiramos que el resultado final sea de mejora salarial para los médicos». «Hay que dejar de hablar de huelgas y hablar como organizaciones maduras que somos y como interlocutores que nos reconocemos legítimamente y lo que demandamos tiene sentido común y racionalidad», concluyó.