Si la inauguración de la fiesta en la plaza de Colón el pasado viernes fue un éxito rotundo al registrar el paso de miles de ciudadanos de la capital, la jornada de ayer tampoco se quedó corta y es que desde las once de la mañana ya se concentraban en la plaza centenares de personas que sin ningún tipo de reparo esperaban pacientemente colas de treinta minutos para ver a los artesanos de Balears, entre ellos dos payesas haciendo espardenyes y otras de Formentera haciendo mantones típicos, o poder catar un pedazo de flaó y de orelleta acompañado por un chupito de hierbas ibicencas.

La asociación de panaderos y pasteleros de las Pitiüses trasladó hasta la capital hasta 400 flaons de seis pastelerías diferentes, 1.500 orelletas y medio centenar de botellas de hierbas para saciar las ansias de los madrileños que no dejaban de llegar a la Plaza de Colón, según indicó su responsable Gonzalo González, que reivindicó la protección y denominación del producto. Sin duda alguna, poco acertado estuvo el portavoz en la oposición Pere Palau al augurar días antes que sería una fiesta de Mallorca con poca representación de las Pitiüses. Y es que a pesar de que los madrileños están acostumbrados a hacer colas para cualquier cosa (la mayoría no sabía porqué hacía cola pero allí estaban, esperando, y se formaban hileras de decenas de personas para llegar a un simple stand y obtener cuatro frutos secos o dos folletos informativos, algo surrealista), el mayor acopio de gente se concentraba alrededor de los productos típicos de Eivissa y Formentera, donde también se repartían cucarrois, y de los artesanos pitiusos, sin menosprecia por supuesto los caballos de Menorca u otras actividades. Además de la elaboración del traje típico también se encontraba un stand de Formentera Guitars, en el que el artesano, que despertó gran expectación, mostraba sus guitarras hechas de madera, o artesanía de plata también de la pitiusa menor.

Tampoco hay que olvidar la exhibición de trajes de moda adlib de cerca de una veintena de diseñadores o la exposición de vehículos eléctricos de Formentera. De hecho, alguno se atrevió a recorrer las calles de Madrid. Y es que la pitiusa menor tiene como objetivo promocionar el turismo sostenible, y que mejor forma de hacerlo que con vehículos eléctricos. Además, y según indicó el conseller de Turisme, Pep Mayans, para la próxima temporada todos los alquileres de vehículos contarán con una pequeña cantidad de estos vehículos para incentivar la demanda y la sostenibilidad.

No sólo hubo comida, artesanos y colas, muchas colas, sino que también se desarrollaron actuaciones de distinto índole, entre ellas las de la colla de ball pagès de Sant Jordi, y el grupo musical Aires Formenterencs. Ya por la noche se dio paso al espectáculo de Foc y Fum junto a los djs de Sonica y Paco Fernández. Sin tener aún datos de la gente que ha pasado por la plaza de Colón, hay que señalar que por la afluencia de personal ha sido una gran iniciativa del Govern que bien merece un aplauso por el gran éxito. Y así lo debieron sentir también todos los responsables políticos, que a pesar de los empujones y las aglomeraciones de los visitantes mostraban una gran sonrisa en sus rostros. Sobre todo el conseller balear Francesc Buils que empezó la rueda de prensa prevista con un ataque de risa (además de afónico) por un problema de sonido y que al final contagió también al presidente del ejecutivo, Francesc Antich.