Una alumna del curso de repostería ofrece dulces a uno de los residentes de Cas Serres.

Los mayores residentes del hospital Cas Serres disfrutaron ayer de una merienda especial preparada por los alumnos del curso de pasteleria y reposteria de la Escola de Hostaleria d'Eivissa. Fueron al menos quince aprendices de reposteros que, guiados por su profesor Luis Flores, llegaron puntuales a las 17'30 horas con bandejas y más bandejas repletas de dulces de toda clase para repartir entre los mayores. Es una experiencia que la escuela lleva a cabo desde hace 16 años y que, por un lado, agasaja a los internos del hospital y, por el otro, ayuda a practicar a estos futuros reposteros. Así lo explicó el profesor Luis Flores: «Es una forma de que los alumnos hagan una práctica real y desarrollen sus conocimientos de repostería. Además, así podemos producir en cantidad porque en la escuela, cada día, no se puede preparar tanto para practicar, las clases son más teóricas».

Claro que no todos pudieron saborear ayer estos manjares debido a que sufren de diabetes, pero algunos, con más suerte, aprovecharon la invitación ya que, lo suyo, es falta de azúcar. Este es el caso de Pedro, un señor que no se privó de nada. «Los dulces me van bien porque tengo el azúcar muy bajo y me hacen comer caramelos todos los días, pero me tengo que cuidar porque si no engordo mucho», comentó el interno. Y suerte para él, porque en las bandejas había de todo: tartas de limón, de almendras y de manzana, hojaldre con crema y con cabellos de ángel, tartas de coco, ensaimadas con crema, magdalenas ibicencas con almendros y hojaldre, entre otros dulces, que fueron muy bienvenidos por la directora del centro, María José. «Para ellos es una alegría y ahora los alumnos van a explicar cómo se hacen estos dulces», aseguró la directora que, micrófono en mano, continuó con esta merienda especial introduciendo al profesor Flores quien, con claridad y dedicación, explicó a los internos el proceso de elaboración que sus alumnos han llevado a cabo para ofrecerles una tarde muy dulce. lLuciana Aversa