J. L. M. El Ayuntamiento de Eivissa está redactando ya el primer acuerdo que firmará dentro del convenio marco suscrito a finales del pasado año con el Ministerio de Vivienda. Lo suscribirá con la Sociedad Pública de Alquiler y pretende poner en el mercado algunas de las viviendas que el Ayuntamiento está reformando en el barrio de sa Penya. El Consistorio espera poder firmar este primer convenio durante el mes de marzo.

«Estamos trabajando con ocho viviendas de la calle Murada para iniciar una primera experiencia piloto que nos permita desarrollar de manera conjunta la gestión de alquileres», explicó a este periódico el concejal de Vivienda y Núcleo Histórico, Marc Costa, quien señaló que en estos momentos se está redactando «un convenio específico» para este proyecto.

La Sociedad Pública de Alquiler es una empresa de capital público adscrita al Ministerio de Vivienda, cuyo objeto es ser una gestora de viviendas alquiladas que ofrezca garantías a los propietarios. Para ello garantiza la percepción de una cantidad de dinero mes a mes con independencia del comportamiento del inquilino desde la firma del primer contrato de arrendamiento hasta la extinción y resolución del contrato de gestión firmado por el propietario y la Sociedad.

El arrendamiento de la vivienda a través del programa ofrecido por la Sociedad Pública de Alquiler libera al propietario de las preocupaciones propias generadas al alquilar una vivienda (si el inquilino paga puntualmente o si hace buen uso de la vivienda, entre otras) durante la vigencia del contrato.

La Sociedad no tiene fijados precios determinados para las viviendas. La cantidad que se pague será el resultado de un pacto entre el propietario y la Sociedad. Del mismo modo, la Sociedad Pública de Alquiler pacta con el inquilino la renta mensual sin perjuicio de lo acordado con el propietario de la vivienda.

Con esta experiencia piloto, el Ayuntamiento quiere allanar el camino a los particulares para que también recurran a la Sociedad Pública de Alquiler, ya que a menudo la inseguridad que generan los inquilinos hacen que muchos propietarios mantengan sus viviendas desocupadas o las alquilen sólo a turistas durante espacios de tiempo muy reducidos.