En este varadero se reparan embarcaciones profesionales y de recreo.

Cada barco es diferente; siempre seguimos una pauta de trabajo, pero cada uno necesita unos determinados cuidados que dependen del tamaño, del material o del nivel de deterioro, entre otras cosas», asegura Pedro Costa, encargado de la empresa Varadero Ibiza, que se dedica a la limpieza y el mantenimiento de muchas embarcaciones y que a partir de este mes empieza la época de más trabajo hasta julio, cuando muchos barcos salen a navegar. «Aquí llegan barcos de Eivissa, de Mallorca e incluso de la península porque por ahora tenemos el travelift [estructura que eleva los barcos para apuntalarlos a tierra] más grande de Balears, pues es capaz de soportar 160 toneladas», afirma Costa. A este varadero llegan embarcaciones de todo tipo ya sean profesionales o de recreo. Según cuenta Jordi García, técnico de maquinaria de la empresa, las que suelen venir un poco más deterioradas son las profesionales: «Esto se debe a su volumen de trabajo porque, por ejemplo, los barcos que transportan pasajeros en verano trabajan todos los días sin parar durante toda la jornada y la parte de la embarcación que está sumergida suele estar bastante mal cuando llega aquí». Una vez que la embarcación llega al varadero se levanta con el travelift, se apuntala en las zonas más seguras para dejarla en tierra y se procede a la limpieza de las partes que están siempre sumergidas. Poco después, los profesionales valoran si es necesario dar alguna capa de pintura por la parte de abajo del barco. «La limpieza se puede hacer con agua a presión o con arenado [arena a presión] en el caso de que la suciedad sea muy severa y esté muy incrustada», explica Costa. Y añade: «La limpieza de obra viva es básica porque si no se hiciera llegaría el momento en que el barco no se podría mover por la suciedad». Su compañero Jordi cuenta que hay embarcaciones que llegan en muy mal estado: «Vemos embarcaciones de todo tipo, pero hay gente muy descuidada; siempre recomiendo lavar con agua dulce la superficie del barco y hacer una revisión completa en el varadero una vez al año».

María José Real