Muchos fueron los escenarios pitiusos donde ayer se celebró el día más mágico del año. Miles de niños y niñas de Eivissa y Formentera apenas habían podido dormir a la espera de sus regalos, que les esperaban junto al árbol al amanecer o en alguna fiesta en el pueblo para recibirlos de las manos de Melchor, Gaspar y Baltasar. Pero no sólo los pequeños tuvieron sus obsequios, también hubo presentes para los mayores de la isla. Éste fue el caso del complejo de Santa Eulària y en la residencia de Cas Serres, lugares en los que la Cruz Roja y los responsables de cada centro organizaron la visita de los Reyes de Oriente que obsequiaron a los mayores con una bolsa de productos de higiene de regalo.

En el Parque de la Paz, la asociación de vecinos del barrio Es Clot animó la tarde con una verbena de Reyes. Y, a la espera de Melchor, Gaspar y Baltasar, grandes y chicos pudieron disfrutar de un espectáculo de ilusionismo que ofrecieron los magos de la Asociación Mágica de Eivissa, que además, el pasado viernes llevaron ilusión a la cárcel de Eivissa.

Al escenario del parque subió también Iván, un alumno de esta asociación que, a pesar de su corta edad, se ganó los aplausos del público con unos trucos de sogas y un cuaderno. En su breve espectáculo y con una pizca de sal el pequeño lograba dejar una blanda soga totalmente firme o dibujaba y coloreaba las hojas blancas del cuaderno, por puro arte de magia.

Después llegaron los Reyes de Oriente, acompañados por tambores, y muchos caramelos para repartir. Desde el local de la asociación hicieron un pequeño pasacalles hasta llegar a la plaza, donde les aguardaban los niños del barrio. Estos tres Reyes trajeron regalos para todos, pero también obsequios especiales para algunos pequeños que esta vez no iban a poder tener ningún presente para estas fiestas. La organización, consciente de ello, les preparó sorpresas envueltas para regalo. Además, los Reyes repartieron allí donaciones de diferentes comercios de la zona, que quisieron colaborar con este día mágico, en el que los vecinos de Es Clot, con mucha sencillez, hicieron que a ningún niño le faltara un motivo para sonreír. Luciana Aversa