Un cielo de buenos deseos

Melchor, Gaspar y Baltasar trajeron ilusión a los más pequeños y lo hicieron a bordo de tres carrozas reales que fueron acompañadas por bailarines de oriente, pingüinos patinadores, carruajes con pajes y muchos, muchos caramelos. La representación de un Belén viviente infantil también formó parte del desfile, que culminó en el escenario ubicado en el aparcamiento anexo a la iglesia. Allí, un camión lleno de regalos comenzó a hacer las delicias de los más pequeños, que subieron uno a uno al escenario para recibirlos de la mano de los mismísimos Reyes de Magos de Oriente. L. Aversa