JOSÉ LUIS MONTOYA El Consell d'Eivissa está estudiando fórmulas para minimizar el impacto del coste que tendrá la reforma que precisará el primer cinturón de ronda para su asimilación urbana. Desde la Conselleria de Política de Mobilitat i Activitats se contemplan distintas posibilidades para lograr que el proyecto no sólo represente gastos para las arcas insulares, sino también ingresos que atenúen el esfuerzo financiero. Y es que la transformación de la ronda en la Avinguda de la Pau se ha presupuestado en torno a los 20 millones de euros, una cantidad que desde la Conselleria se reconoce que es cuantiosa.

«Es una actuación cara, pero también es imprescindible para la ciudad», comenta el conseller Albert Prats, quien considera, no obstante que la Administración no tiene por qué correr con todo el coste de la operación. «En una obra urbana existen posibilidades de financiación lateral con otros tipos de iniciativas, como puede ser la venta de parkings, o la publicidad», asegura.

En opinión de Prats, «una obra de este tipo tiene asociados no sólo gastos sino también algunos ingresos que ayudan a financiar estas infraestructuras y en estas fórmulas hemos de pensar a la hora de proyectar la ronda». Preguntado por las posibilidades que existen al respecto, el conseller apuntó hacia la gestión de espacios publicitarios en las marquesinas de los autobuses que se instalarán a lo largo de la avenida, la creación de zonas azules o incluso la eventualidad de construir un parking subterráneo bajo algún tramo del trazado de la avenida, como algunos ayuntamientos han hecho en otras ciudades de la península. En este último caso, menos probable por cuanto supondría retrasar en exceso un proyecto reclamado desde hace mucho tiempo por el municipio, habría que acometer, además, importantes trabajos de prospección arqueológica que también ralentizarían la ejecución de la obra.

Cálculos
«Antes de tomar una decisión, hemos de hacer un cálculo para determinar qué fuentes de ingresos puede haber en una ronda como ésta», explicó Albert Prats. El conseller quiere que las decisiones a este respecto se tomen desde el seno del recién constituido Consorci de la Mobilitat, que aglutina a todos los ayuntamientos y que persigue dar soluciones globales a problemas comunes. Prats apuntó la posibilidad de que en un futuro este organismo también pudiera gestionar de forma global servicios como los estacionamientos tarifados.

De momento, todo este proyecto se halla en fase de estudio y las propuestas son sólo eso: propuestas. Sin embargo, el Consell parece decidido a hallar vías de financiación privadas para acometer uno de los proyectos más importantes para la ciudad de Eivissa que se ejecutarán durante esta legislatura, un proyecto que, según ha insistido el conseller, no supondrá, pese a su elevado presupuesto, una traba para el desarrollo de las otras mejoras previstas para las carreteras de Sant Joan y Sant Miquel, entre otras.