Todo estaba preparado para la inauguración oficial de una Navidad que para algunas personas ya había empezado con reuniones familiares y avanzadas compras para que luego el gasto no haga tanto daño. Cerca de las 18'00 horas del día de ayer multitud de vecinos de Eivissa ciudad y habitantes de otros pueblos se acercaron a la zona del reloj de Vara de Rey para contemplar el enorme árbol de Navidad de este año (mide más de 16 metros de altura, según el Ayuntamiento de Vila). Algunos impacientes iniciaron una cuenta atrás cuando faltaban escasos minutos para las 18'00 horas. «Cinco, cuatro, tres, dos, uno y cero; no se enciende; no era a las seis», comentó entre risas una de las niñas que se encontraba entre el tumulto de gente ubicada detrás de la barrera protectora del árbol. Y finalmente se iluminó el árbol completamente en blanco, incluidos los adornos: bolas y estrellas que hacen más blanca y pura la Navidad. «Es el primer año que veo el encendido de luces; es un árbol muy bonito; no me he dado cuenta de que los adornos no se iluminan», aseguró Toni Palau, que se acercó a disfrutar de la fiesta con su familia. Dolores Baena afirmó que también era la primera vez que veía el encendido de luces: «Es muy grande; la verdad es que me ha sorprendido porque pensaba que sería más normalito». Alicia Suñer, por su parte, aprovechaba la visita para hacerse una fotografía junto al árbol: «Es muy parecido al del año pasado; este es muy bonito y, sobre todo, muy grande». Las novedades de este año se centran en dos aspectos: la colocación de un árbol más en la plaza del Parc que se suma a los colocados en Vara de Rey y en el paseo de la Paz. También destaca la colocación de otro Belén en el parque de la Paz, alquilado a la asociación de belenistas de Villena (Alicante). La tarde festivo navideña se completó con la apertura del tradicional mercado de navidad, que año tras año es uno de los referentes a la hora de comprar los regalos de Navidad o Reyes. En este paseo los niños serán los absolutos protagonistas con las diferentes atracciones preparadas para ellos. «Creo que es más importante el árbol que el carrusel», le decía una madre a su retoño, quien llevándola de la mano replicó: «Pues yo creo que no». l María José Real