El Patronat Municipa,l de Turisme de Formentera ha debatido durante cuatro días, con los sectores ecnómicos hacia donde debe ir la promoción turistica y la concepción de qué imagen quiere dar la isla para seguir siendo competitiva frente a mercados emergentes o más baratos. El resultado de los trabajos que cuenta con la importante presencia de todos los sectores, que están dispuestos a implicarse en que la temporada no se quede en cuatro meses sino que, como mínimo, llegue a los seis antes de hablar de desestacionalización, una palabra que si es difícil de pronunciar, más lo es a la hora de traducir sus intenciones en hechos. El análisis de las encuestas realizadas durante la temporada turística entre más de 1.500 visitantes llegados a Formentera revela algunas características diferenciales entre los principales mercados emisores, español, italiano, británico y alemán, siendo quizás algo determinante que el 71% de los alemanes son repetidores por delante del 62% de los británicos mientras que los españoles se quedan, como repetidores en Formentera en un 57% y los italianos sólo alcanzan un 37% de repetidores cuando hace unos pocos años el porcentaje superaba ampliamente el 60%. Y curiosamente el principal mercado emisor, es el italiano seguido del español, lo cual indica que se está inviertiendo una tendencia en lo que a repeticiones de se refiere.

Quizás ello se deba, a tenor de las encuestas realizadas por el Patronat Municipal de Turisme de Formentera a dos conceptos un tanto contradictorios, son los italianos los que más se quejan del ruido de los motorinos y el tráfico cuando son justamente ellos los que más utilizan los motorinos y perturban de forma acusada el tráfico al tiempo que son los principales generadores de molestias acústicas con su especial y persistente afán de señalarse en cualquier lugar de la isla con la utilización del claxon o bocina de sus vehículos, el vulgarmente llamado pito. Y ese mismo mercado, es el que más se queja sobre los precios elevados de los restaurantes, las comisiones elevadas de las agencias por el coste de las casas de alquiler, el exceso de tráfico y la falta de control en las carreteras.