JOSÉ LUIS MONTOYA Tras cuatro años de recortes económicos, el Consorcio Eivissa Patrimoni de la Humanitat recibirá próximamente un espaldarazo de 21 millones de euros a través de una operación crediticia que cubrirán, a partes iguales, el Ayuntamiento de Vila, el Consell d'Eivissa y el Govern balear. Así lo acordó ayer, tras constituirse, la nueva junta rectora del Consorci.

En espera de que un informe técnico lo avale, el crédito ha sido el instrumento elegido por la junta rectora para capitalizar de nuevo al Consorci y permitirle hacer frente a un plan de actuación a cuatro años vista en el que se incluyen importantes intervenciones en el casco antiguo.

Dicho plan incluye proyectos de rehabilitación como el que se ha previsto para el paseo Vara de Rey y la plaza del Parc, o actuaciones en materia de soterramiento de líneas eléctricas y de dotación de infraestructuras básicas en varias calles del casco histórico. También prevé actuaciones destinadas a mejorar el equipamiento, como la habilitación de zonas de aparcamiento, la rehabilitación de sa Peixateria o la construcción del Centro Cívico de sa Penya.

La adecuación de es Revellí, la segunda fase de mejora del entorno de la Casa de la Curia y la dotación de una partida «importante» de carácter permanente para el mantenimiento del recinto amurallado son otras de las intervenciones que figuran dentro de ese plan. También se incluyen expropiaciones, la rehabilitación de la Casa Broner y una partida para subvenciones destinadas a la rehabilitación de inmuebles por parte de la iniciativa privada.

La alcaldesa de Vila y presidenta del Consorcio, Lurdes Costa, fue la encargada de presentar ayer todas esas iniciativas. Acompañada por el vicepresidente de honor de ese organismo, Xico Tarrés, y por Isabel Nora, una de los tres representantees del Govern, Costa no dudó al calificar de «día histórico para el Patrimonio de la Humanidad», la decisión adoptada ayer. Lurdes Costa aludió a los «tres años de parón» que sufrió el Consorcio por las trabas planteadas por el Consell y el Govern, de signo político contrario al del Ayuntamiento. En la misma línea, Tarrés remarcó la necesidad de que «no vuelva a ocurrir lo que pasó entonces, cuando un conseller pensó que el hecho de que el Govern y el Consell estuvieran en mayoría era suficiente para dirigir el Consorcio». Tarrés remarcó que este tipo de organismos están vinculados a la ciudad que se beneficia de las actuaciones en materia de rehabilitación y mejora de sus bienes patrimoniales, y que debe ser la ciudad quien marque las pautas. Por ello, el vicepresidente de honor del Consorcio señaló la conveniencia de clarificar este extremo en los estatutos del Consorcio, cuestión que se planteará en la próxima reunión, introduciendo una modificación en ese sentido en el reglamento.

Por su parte, la representante del Govern expresó su «alegría» por poder contribuir a este proyecto y calificó la reunión de ayer como una «oportunidad histórica para dar un empujón a esta iniciativa».

La junta rectora también dio el visto bueno a dos proyectos ya iniciados: el soterramiento de contenedores de la Marina y la rehabilitación de la plaza de sa Riba.