Bernat Joan acaba de ser nombrado secretario general de Política Lingüística de la Generalitat de Catalunya, un cargo que asegura asumir con «satisfacción y responsabilidad». Ello ha supuesto dos consecuencias inmediatas. De un lado, la entrega de su acta de eurodiputado, que ha recaído en el segundo de la lista de la coalición Europa de los Pueblos, el navarro Mikel Irujo (Eusko Altartasuna). Y de otro, el previsible alejamiento físico de Eivissa.
Con todo, el dirigente de Esquerra Republicana de Catalunya asegura que su desvinculación de la política isleña será «relativa» a partir de ahora. «Yo sé disociar muy bien lo que es mi cargo público de la militancia en un partido. Soy miembro de la sección local de ERC de Sant Josep y procuraré seguir siendo activo en esta sección, aunque no en la misma medida».
«El hecho de que confíen en ti para este tipo de tareas siempre satisface, pero a la vez te pone un peso encima porque tienes la responsabilidad de hacer algo con eso, lograr que haya un fruto efectivo de tu trabajo», explicaba ayer Bernat Joan sobre su nombramiento. El dirigente de Esquerra asegura que también ha sentido satisfacción por el hecho de que su cargo le permitirá desarrollar su profesión de sociolingüista, y matizó que siente una gran responsabilidad ante la perspectiva de hallarse frente a un gobierno «formado por distintos partidos y distintas sensibilidades», algo que, desde su punto de vista, «requiere cierta empatía con todos ellos para entender cuál es la línea de gobierno, que no tiene que ser la línea que quiere cada partido».
Tarea estimulante
Bernat Joan se enfrenta a una situación diferente desde su cargo en la Generalitat a la que debería afrontar si estuviera en Balears. La realidad sociolingüística de ambas comunidades difiere en cuanto al avance y la implantación de la lengua en la sociedad. Así, el sociolingüista ibicenco considera que Catalunya se puede plantear hacer un paso adelante en normalización, «se puede adaptar a políticas lingüísticas del siglo XXI, mientras que desgraciadamente en las islas eso no se puede hacer porque estamos en pañales». En su opinión, su tarea girará en torno a «asentar el proceso de normalización del catalán, pero también podemos ser referente de cómo se organiza una sociedad multilingüe y podemos pensar en la competencia lingüística que han de tener todos ciudadanos. Ya nos podemos plantear cosas bastante más avanzadas que la política casi resistencial que tenemos en las islas». A ese respecto añade: «Aquí pondríamos todos los huevos en el cesto de hacer que el catalán esté más presente en la vida pública, mientras que en Catalunya se pueden poner en el de las políticas más diversificadas».
En ese sentido, Bernat Joan considera que gran parte del trabajo en política lingüística actual girará en la integración de las nuevas masas de inmigrantes extranjeros llegados a Catalunya. «En el Principat de Catalunya está el 25 por ciento de la inmigración que llega al Estado español, y aquí tenemos un reto», señala.
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