Un municipio muy aventurero

«Conseguir la cohesión de grupo es lo más importante de estas actividades. Es el objetivo a lograr», comenta Pablo, encargado de organizar la escuela de verano. Los adolescentes, se encuentran en una edad en que es difícil encontrar una actividad específica que realizar en verano. Para algunos, los que aún no están en edad laboral, es difícil afrontar un verano sin incentivos y eso es precisamente lo que pretenden hacer desde la escuela, motivar y animar a los jóvenes que deciden apuntarse a estos cursos.

«A muchos jóvenes les cuesta enfrentarse a un verano pegados al ordenador o al sofá y aquí encuentran un grupo de gente que comparte sus mismos intereses y aficiones. Muchos de ellos repiten, no sólo de año en año, sino en el mismo verano», añade Pablo.

Karts, bici de montaña, escalada deportiva, tiro con arco, clases de orientación, piragua, y una serie de actividades en la playa, como voley-playa o buceo son un ejemplo de las actividades que estos jóvenes de entre doce y dieciséis años realizan. «La media de edad está en trece años aunque hay mucha variedad, vienen chicos más pequeños, pero también un poco más mayores».

Los de dieciseis ya están pensando en ir en la moto», comenta Pablo entre risas. Son actividades ideales para chicos y chicas que quieren estar en contacto con la naturaleza y no encuentran actividades alternativas relacionadas con el medio natural. Mediante este tipo de actividades se pretende que los chavales conozcan e implementen los valores de respeto y conservación del medio ambiente.

Aunque la demanda de plazas se ha cubierto completamente para el mes de julio, aún hay plazas libres para el próximo mes de agosto, así que los jóvenes interesados en realizar una actividad diferente, original y divertida en plena naturaleza durante el verano aún están a tiempo de apuntarse a los cursos de la escuela de verano de Sant Josep. Laura Tur