En su discurso, Tur Olmo reclamó la necesidad de mantener el sector turístico de manera independiente a la política e insistió en la idea que el turismo «nunca debería rimar con el electoralismo». «Más allá de los intereses personales y de las opciones políticas individuales, nuestro turismo debe tener su propia manera de ver el actual panorama político y de enjuiciar su evolución para que favorezca el desarrollo armónico y sostenido del sector». Además, insistió en la necesidad de que los partidos políticos traten al turismo como una de las «prioridades de la agenda económica del país y, por ende, de nuestra isla de Eivissa».
A lo largo del acto, en el que también se dio a conocer la situación económica de Fomento del Turismo, el presidente de la entidad hizo referencia al turismo de sol y playa asegurando que en las Pitiüses tiene «su máximo exponente» y apuntó que este modelo no está en estos momentos obsoleto tal y como apuntaban algunas voces.
Fundación
José Tur Olmo, presidente de la entidad que está a punto de cumplir los 75 años de existencia, también hizo referencia a la creación de la Fundación para la Promoción de Eivissa y Formentera en la pasada legislatura y apuntó que nunca comprendió «las razones subliminales, que provocaron la apresurada decisión de crear el órgano». En este sentido, apuntó que tras la experiencia el resultado ha sido «más gastos, menos eficacia, menos agilidad y un permanente ninguneo de nuestra entidad, que se ha traslucido en una importante pérdida del, tan laboriosamente trabajado, posicionamiento».
Otro de los aspectos que hay que resaltar del parlamento de Tur Olmo fue el deseo de que el buen nombre de Eivissa deje de ser referencia de malas noticias y que sirva «para que todas las instituciones saquen conclusiones y actúen en consecuencia», haciendo mención a todos los acontecimientos negativos con los que la isla ha empezado la temporada.
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