No han sido pocos los intentos por parte del consistorio de convencer a los comerciantes de Sant Antoni para que prestaran su apoyo a la iniciativa. El último, ofrecer la gratuidad en la contratación de puestos de venta en el mercado a los comerciantes del municipio, medida que fue calificada de «tomadura de pelo» por el portavoz de la Associació de Comerciants, Joan Torres. «No vamos a cerrar nuestras tiendas para ir a vender en un mercadillo ambulante», alegó Torres, «Es sólo un intento absurdo para aparentar voluntad de cooperación, pero saben que a los comerciantes no nos benefician medidas como esta».
El portavoz de la asociación ratificó su rechazo total al proyecto por considerar que «no se trata realmente de un mercado de productos artesanales, sino de una venta ambulante de material importado de fuera». Torres también lamentó que el alcalde, José Sala, haya puesto ahora a Parentona al cargo del proyecto «para quitarse el muerto de encima», según palabras del propio Torres. El nuevo concejal de Comercio, por su parte, manifestó su confianza en un proyecto que esperan «que sea positivo tanto para los comerciantes como para el municipio» y alegó ante la oposición de los comerciantes que el Ayuntamiento no quiere perjudicarlos en absoluto y que «se trata de una propuesta experimental: si los resultados no son positivos, no se repetirá en próximos años».
Por parte del Ayuntamiento se asegura que los productos que se vendan pasarán por estrictos controles de calidad y habrá un seguimiento in situ de los puestos de venta. Sin embargo, no se declaró en ningún momento que se vayan a excluir los productos no artesanales, aunque se dará prioridad a los que sí lo sean. Joan Torres, frente a esto, quiso aclarar que «artesanía hay en todas partes, pero el mercadillo no apoyará la artesanía típica ibicenca sino a productos artesanos asiáticos».
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