En el colegio Sa Graduada los festejos de final de curso tuvieron ayer de un cierto sabor agridulce. El motivo: el inminente cierre del centro tras 75 años de vida escolar. En este sentido, un alumno leyó unas emotivas palabras de despedida en el patio del colegio, al tiempo que todos los alumnos colocados en fila y mirando hacia el escudo primitivo de la República (cuando se construyó el colegio) cantaban el tema L'ora dels Edeus. En la atmósfera se respiraba una cierta tristeza y algunos asistentes no pudieron contener las lágrimas.
«Es un sentimiento de nostalgia de la mayor parte de la sociedad ibicenca, porque al no haber otro centro han sido muchas las personas que pasaron por aquí de niños. El colegio cumple 75 años de la historia social de Eivissa», explicó la directora, María Simó, quien se mostró satisfecha con la labor realizada tras 29 años en Sa Graduada: «Aunque el árbol desaparezca los frutos siempre quedarán», puntualizó.L.A
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