Las obras, que suponen una inversión de 43 millones de euros (concretamente 42.970.000) y tienen un plazo de ejecución de 20 meses, tienen como objetivo renovar las instalaciones actuales y dotarlas de mayor iluminación y comodidad, a fin de «mejorar la eficiencia energética del inmueble».
La actuación incluye la eliminación de la entreplanta, la demolición de la antigua terminal de carga y la construcción en su lugar de un edificio de dos plantas, la ampliación de la terminal con un modulo para la sala de autoridades, la reestructuración de la sala de recogida de equipajes y la ejecución de la nueva central de climatización.
Además, se renovarán las instalaciones eléctricas del edificio, la red de saneamiento, se instalarán nuevos ascensores y se llevarán a cabo actuaciones destinadas a aprovechar la aguas pluviales y depuradas. Igualmente, se sustituirá la señalización del interior y se mejorará la instalación de detección y extinción de incendios.
La obra está planificada para que su ejecución se realice «cuando la operatividad del aeropuerto sea mínima». La parte del proyecto que afecta a los subsistemas operativos se hará en dos fases, coincidiendo con los periodos de más baja actividad en las instalaciones aeroportuarias ibicencas, que incluye el periodo comprendido entre los meses de noviembre y mayo, de dos años consecutivos.
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