«Es una decisión muy meditada»

El vicario de Formentera, de nacionalidad italiana, abandona la isla por disentir de la manera de actuar del párroco

El ahora ex vicario parroquial de Formentera, Itálico José Gerometta, posa delante de la iglesia de Sant Ferràn.

TW
0

El vicario parroquial de Formentera, Itálico José Gerometta, de 46 años de edad, nacido en Pordenone, en la región Friuli-Venezia-Julia, con sede y capital en Trieste, abandonará mañana la isla de Formentera tras haber comunicado al obispo de la diócesis de Eivissa y Formentera, Vicente Juan, su decisión.

R.D.

Es una decisión que, afirmó, estar muy meditada y que es fruto de desencuentros entre él y el párroco de la isla, Antoni Ferrer, a quien dice apreciar pero con el que no comparte su metodología pastoral, según señaló.

«Vine aquí contestando junto a mi obispo diocesano a una solicitud del obispo de Eivissa que pedía un sacerdote para Formentera; por eso mi obispo manifestó mi disponibilidad para desplazarme a la isla ya que sabían que hablaba bastante el castellano», explicó ayer Itálico José Gerometta poco antes de emprender el regreso a su Italia natal después haber desempeñado su tarea como «vicario parroquial en las tres parroquias de la isla: el Pilar de la Mola, Sant Ferran y Sant Francesc, que es el papel de un sacerdote que colabora junto al párroco». Para don Itálico, como se le conoce en Formentera, pronto quedó claro que «no podía compartir un estilo de hacer las cosas que no estaba obligado a aceptar»: «Debo asegurar -subrayaba ayer-, que esto no implica ninguna crítica personal, sino simplemente una manera distinta de actuar en cuestiones pastorales».

El hecho de que durante medio año se le impidiera el acceso al Salón Parroquial de la Iglesia de Sant Ferran, cuando él vivía en la Casa Parroquial de la misma iglesia, es uno de los aspectos que más sorprendió a don Itálico, tal y como manifiesta en las cartas al director publicadas por este rotativo tanto ayer como hoy mismo, y por ello «me confié, como es mi obligación, con el obispo de Eivissa, porque es el primer responsable de la diócesis y lo hice verbalmente y por carta en innumerables ocasiones sin que jamás me contestara a ninguna de ellas», dijo don Itálico.

Tras reiterar que el acceso al Salón Parroquial para desarrollar su labor y el estilo pastoral impuesto por don Toni eran dos de los puntos de disensión o desacuerdo entre ambos, sin querer entrar en polémicas o destacar otros posibles puntos de desencuentro, don Itálico, precisó que los detalles los conoce el obispo a través del contenido de las cartas que le había mandado en los últimos meses y eso, no tiene por qué hacerse público. «Pese a lo delicado de los problemas o la situaciones que yo planteaba o explicaba -dijo don Itálico-, nunca se ha tomado en serio mis sugerencias respecto al estilo pastoral que se está utilizando en Formentera, por eso tomé la decisión de no seguir bajo esas directrices».