Una obra de fantasía y realidad

Con un escenario sobrio y casi en tinieblas, el argumento sumergió a los más pequeños en un mundo de fantasía e imaginación donde las actuaciones de los dos actores, interpretando a los hermanos Carmelo y Amapola, se sucedieron con la ficción de los títeres y los objetos que fueron cobrando vida. En definitiva, una obra interactiva pues los diferentes personajes que fueron saliendo a escena se utilizaron posteriormente para los juegos que se destinaron a los niños.

Por otra parte, la jornada contó con tres talleres de manualidades donde los niños realizaron máscaras de cartón, adornos navideños con estrellas de papel, postales de felicitación y brillantes bolas de purpurina para el abeto. Todos ellos, dirigidos por animadores disfrazados de bruja, payaso o duende que entretuvieron a los niños. Los más golosos también pudieron degustar y realizar con sus propias manos sabrosas galletas de chocolate y caramelo para sus 'papás'. Asimismo, en los aledaños de la gran carpa cientos de visitantes recorrieron, durante toda la tarde de ayer, los diferentes puestos de artesanía ultimando las ineludibles compras del día más esperado por los retoños de la casa, aquel en el que se levantarán para buscar los regalos de los reyes. I. L.