Un lugar para el mestizaje

Los locutorios de la isla añaden a la oferta de internet y teléfono los productos de los países de origen de sus clientes

TW
0

Un local con diferentes acentos, punto de reunión, club social... Los locutorios telefónicos cuentan con una clientela cada vez más amplia, ya que se han convertido en el nexo de unión donde confluyen personas de todas las nacionalidades, principalmente por el aumento de la inmigración. No obstante, también son muchos los estudiantes españoles que se sirven de este servicio para conectarse a internet o realizar llamadas por un precio muy inferior a lo que les costaría desde su propia casa. Precisamente, parece que la clave del éxito reside en el amplio y económico abanico de productos y servicios que estos negocios ponen a disposición del cliente. «Al principio sólo teníamos cabinas de teléfono, pero ahora lo que más se usa son los ordenadores con webcam y las recargas telefónicas», explica Carolina Díaz, encargada de un locutorio de Eivissa y añade: «También realizamos comidas por encargo y vendemos productos latinoamericanos que no se pueden adquirir en los supermercados. Por eso, la mayoría de los clientes son de Colombia, Ecuador o Paraguay». Por su parte, Nabila Soussi, empleada de otro locutorio de la isla, afirma que las nacionalidades que más frecuentan su local son «marroquíes, senegaleses, argelinos o rumanos, porque aparte de los servicios normales también hacemos envíos de dinero y vendemos gorras, colgantes y cosméticos africanos», por lo que parece que los locutorios se han ido haciendo una clientela por nacionalidades, cosa que confirma que los usuarios no sólo buscan un servicio de teléfono o internet, sino un lugar de reunión donde relacionarse con personas de su país. En este sentido, el creciente aumento de clientes ha hecho que estos locales abran todos los días, incluido festivos, de 09,30 a 01,00 horas.

Por otra parte, el avance de las nuevas tecnologías ha hecho que algunos restaurantes y cafeterías de la isla ofrezcan, también, un servicio de wireless, con el que el usuario puede conectarse a internet con su ordenador portátil. Estos espacios de ocio están frecuentados en su mayoría por empresarios o jóvenes estudiantes que cambian por unas horas la fría e inhóspita oficina o aula por un ambiente más distendido donde continuar trabajando. Irene Luján