La Agencia Tributaria ha ordenado al Registro Mercantil que «inmovilice» a más de mil sociedades de Balears por no cumplir sus obligaciones fiscales. El registrador de las Islas, Mariano Àlvarez Pérez, confirmó a Ultima Hora que ha recibido esa orden de Hacienda, por la cual las empresas quedan en un «limbo» legal y no pueden realizar ningún tipo de actividad hasta que subsanen las irregularidades. Además, a partir del próximo año y tras la aprobación de una nueva ley, la Agencia Tributaria incrementará su vigilancia sobre esas empresas «jurídicamente vivas pero económicamente muertas», según las definió el registrador, suprimiéndoles el Número de Identificación Fiscal (NIF). Con esa medida adicional, las sociedades no podrán ser utilizadas para actividades ilícitas, como el blanqueo de dinero o la emisión de facturas falsas. En Balears, el Registro Mercantil tiene inscritas a más de 50.000 sociedades, de las cuales, unas 10.000 están «muertas», es decir, no tienen ningún tipo de actividad. «Formalmente (esas sociedades) existen, porque nadie las ha liquidado, pero no operan en realidad», explicó el registrador.

Esas cifras sitúan a las Islas como una de las autonomías con más sociedades en relación al número de habitantes. El problema es que estas sociedades son instrumentales, es decir, facultan, por ejemplo, a un albañil para constituir una sociedad porque fiscalmente tiene un trato preferente. No es que ello responda a una acumulación de capital, según el registrador. Balears crece en torno a las dos mil sociedades anuales, que se van incorporando a la actividad económica cada año, un 10 por ciento anual, «que es mucho», opina Mariano Àlvarez.

También, los datos que maneja el Registro Mercantil revelan una tendencia decreciente de las sociedades que recurren a las reducciones de capital (ver gráfico en la página siguiente). El registrador menciona dos razones que pueden inducir a los responsables de una sociedad a reducir el capital: la crisis económica o, sencillamente, que la empresa no necesita para desarrollarse la cantidad de dinero invertido. «El primer motivo es casi siempre el más correcto», explicó. Las reducciones de capital representan la parte negativa de una sociedad, ya que se producen porque ésta ha registrado pérdidas, mientras que el «fracaso total» se produce con la extinción de la sociedad, por quiebra o desaparición voluntaria. Por contra, el aumento de capital se producen cuando las previsiones realizadas por la sociedad se quedan cortas. Ese aumento de capital, no obstante, es engañoso, ya que significa que las sociedades son mucho más pequeñas e incorporan dinero a través de la vía de préstamos o de una suscripción pública. Esto no revela otra cosa que una constante desinversión, que el Registro Mercantil nota de inmediato. Balears ocupó durante algunos años el primer lugar en cuanto a autonomías en el aspecto decreciente de constitución de sociedades.