En las últimas semanas el muro de 'paret seca' de es Campament está siendo desmantelado, tal y como se aprecia en la imagen tomada ayer en este histórico lugar. Foto: GUILLERMO ROMANI

G. ROMANI/C. ROIG
En el momento en el que una sentencia judicial anula la declaración como Bien de Interés Cultural, BIC, de es Campament, propuesta por el Consell Insular en la legislatura del Pacte de Progrès, el muro de paret seca, que delimitaba el perímetro por la parte más próxima al puerto de la Savina, y que es uno de los pocos vestigios de lo que fue la colonia penitenciaria, está siendo derruido. Los boquetes que hay en el muro que limitaba el campo de concentración están aumentando en las últimas semanas y las paredes disminuyen de forma sustancial.

El alcalde de Formentera, Isidor Torres, indignado por la situación, explicó ayer que en las últimas semanas ha enviado dos cartas al conseller insular de Patrimoni, Joan Marí Tur, «denunciando que el muro de paret seca está siendo sistemáticamente arrasado día a día». En este sentido, Torres indicó que hay dos escritos sobre «el expolio del muro» y lamentó que esta circunstancia «es un hecho que demuestra que no vamos bien como sociedad cuando se ignoran o pretenden borrar unos hechos cruciales para la historia moderna de Formentera». Asimismo Torres remarcó que «por desgracia en Formentera se está instalando una mentalidad que tiene por modelo la conducta y las prácticas habituales en Eivissa, la gente ve grúas y quiere grúas, ve construcciones por doquier y quieren lo mismo, construir a toda costa».

Por ello el primer edil de la Pitiusa Menor considera «gravísimo el expolio al que está siendo sometido uno de los pocos vestigios de un hecho histórico para Formentera porque si quitamos piedra a piedra y día a día aquello que nos recuerda lo que pasó, acabaremos sin memoria histórica». Y aunque desde hace años hay partes del lienzo de muro que están caídas o derruidas, desde hace poco tiempo, el muro mengua en su longitud y, en algunos casos, incluso en su altura. La pregunta que muchos ciudadanos se hacen, el alcalde el primero, es «¿dónde van a parar esas piedras?»