Una de las estampas más usuales durante el verano ibicenco es ver las paradas de taxis de la ciudad o de algunos pueblos abarrotadas de gente y, por supuesto, ni un sólo taxi estacionado. Lo descrito es extensible a cualquier hora del día, aunque la situación es especialmente caótica bien entrada la madrugada.

La imagen que aparece en esta página demuestra que encontrar taxis en las paradas de la ciudad es una misión difícil pero no imposible.

Lo importante en casos de espera es armarse de paciencia, ser perseverante, no perder los nervios y estar al tanto para que nadie se cuele.