GUILLERMO ROMANÍ
Organizar fiestas ilegales durante el verano es, con toda seguridad, el negocio más rentable de Formentera y el que menos dinero deja en la isla porque todos los hilos se mueven desde Italia y ahí van a parar todas las ganancias. Es un negocio redondo hecho por italianos y para italiano siempre con la consigna de no hacerlo público para que no intervengan ni la Policía Local ni la Guardia Civil; por eso el sistema es cada vez más sofisticado, hay que estar registrado en un página de Internet y a través del móvil que la gente indica se le comunica si está invitado o no a la fiesta. La página es formenteraparty.com y ahí está todo, desde la manera de inscribirse, las caras destaff, del equipo de trabajo y las fotos de las propias fiestas ya organizadas, tanto en Italia como en Formentera.

A día de ayer sólo aparecen imágenes de dos fiestas celebradas en agosto en Formentera, pero una de las casas en cuestión ya ha sido escenario de, como mínimo, tres fiestas; el negocio es redondo, se alquila una casa grande y con piscina y, a poder ser, en un sitio tranquilo, con poco vecindario pero que no sea de complicado acceso por la que se pagan entre 30.000 y 40.000 euros al mes y un grupo de personas se instala en ella para pasar sus vacaciones.

¿Cómo recuperar la inversión? Se convocan un promedio de dos o tres fiestas semanales alternando una u otra casa y para acceder a la misma, previo aviso vía móvil, hay que comprar una camiseta conmemorativa del evento por el precio de 30 euros. Por lo general da derecho a la barra libre pero en otros casos las consumiciones van aparte. Hace unos días este rotativo se hacía eco de una fiesta ilegal celebrada en la casa Blue Horizon, en la zona de es Carnatge, desmantelada por la Policía Local y la Guardia Civil en la que según la policía había en esos momentos unas 1.200 personas, y si las cifras son correctas y las matemáticas no engañan, eso significaría 36.000 euros como mínimo independientemente de que las copas se cobraran o no. Que la fiesta sea clausurada no importa a los organizadores, los clientes ya tienen su camiseta y por tanto no hay opción a reclamación o devolución de dinero.

Pero esa misma casa, Blue Horizon, ha sido sede de cómo mínimo otras dos fiestas, con unas seiscientas personas cada vez que también fueron abortadas por la Guardia Civil, una de ellas el quince de agosto, fiestas que se organizan a la hora del aperitivo italiano, un poco antes de la puesta de sol, ya que si son nocturnas es más difícil que lleguen a cuajar por las denuncias de los vecinos. Eso es lo que ha pasado en la casa Blue Horizon de es Carnatge, propiedad de un italiano que tiene una gran mansión en la isla desde hace años y que jamás la había alquilado; en esta ocasión y no se sabe muy bien cómo o porqué decidió alquilar durante el mes de agosto por un precio que -a decir de algunos vecinos- supera los 30.000 euros.