Una imagen general de los asistentes a la fiesta Mediterranean Dance, que cada tarde zarpa desde Platja d'en Bossa.

Las fiestas en la isla continúan mutando, adquiriendo nuevas formas y ocupando terrenos hasta ahora poco experimentados, pero que este verano toman relevancia durante las horas del día.

Porque allí donde haya un dj y buena onda nunca faltarán clubbers de distintas nacionalidades e idiomas dispuestos a bailar, da igual si es de día o de noche o si la pista está en tierra o sobre el mar.

Este último caso es el de la embarcación «Capitán Cook» que cada día zarpa desde Platja d'en Bossa con al menos 200 pasajeros a bordo. Realiza ocho horas de travesía a pura fiesta y muchas veces llega a dar la vuelta a la isla sin dejar de pasar por es Vedrà, de ofrecer vistas a los atardeceres del norte o incluso aventurarse a hacia Formentera.

Uno de sus organizadores se llama Jose Franco, es de Barcelona y muchas veces toma el mando en la mesa de mezclas de la embarcación. En cubierta, en vez de gogós y camareras, hay tripulación a cargo de llevar el festejo a buen puerto y de ofrecer comida, navegación y bebida para todos los invitados.

La figura clave vuelve a ser el encargado de la música, en este caso house, desde que el barco zarpa a las 14,30 hasta regresar muchas horas después al mismo punto de partida.

Se trata de una propuesta que ha comenzado a funcionar los primeros días de julio y que no tiene previsto terminar hasta finales del mes de agosto.

La fiesta se titula Mediterránean Dance y es sólo un ejemplo de lo que proponen muchos otros barcos que también zarpan con celebraciones a bordo enfocadas al público extranjero, los fines de semana, desde la bahía de Sant Antoni.

Los refrescantes baños en el mar también vienen incluidos en el precio que cobran por la entrada, para disfrutar de un encuentro en el que cambiar los tacones por las chanclas y el perfume por el protector solar es lo más recomendable.

Luciana Aversa