Mariano Juan Ferragut nació en Eivissa hace 65 años, pero con sólo 18 años hizo oposiciones para ingresar en la Escuela Naval de Marina y desde entonces sólo ha pasado por la isla de vacaciones. Su trabajo en la Armada Española le ha obligado a vivir en Rota, Cartagena, Ferrol y en Madrid, ciudad en la que ha residido en los últimos años, en los que ha dirigido la Revista General de Marina, fundada en 1877 y que versa sobre temas navales. «Es la revista más antigua de España; sólo se interrumpió con la Guerra Civil, pero en el año 40 volvió a publicarse», explicó ayer Juan Ferragut, que el día 9 de junio recibirá el Ancla de Oro, un prestigioso reconocimiento que le concede la Real Liga Naval Española. «Aquí en Eivissa, que yo sepa, sólo la tiene el ex ministro Abel Matutes», asegura.
Los méritos para recibirla son muchos. Ha dedicado su vida a la Armada y ha capitaneado cinco barcos, entre ellos el «Castilla», la fragata «Asturias» y el submarino «Cosme García». También ha sido Jefe de Unidad de Política Exterior del Ministerio de Defensa, estuvo presente en las negociaciones que llevaron a España a entrar en la UEO y en las conferencias de desarme de Estocolmo. Pero echando la vista atrás, un momento que recuerda especialmente es la crisis de la Marcha Verde en Marruecos, que a él le tocó vivir en un submarino en las costas de Àfrica. «Fue un momento de mucha tensión», rememora Juan Ferragut, un hombre que capitaneaba la fragata «Asturias» cuando ésta fue la primera unidad española en integrarse bajo el mando de la OTAN.
Tras una vida tan emocionante, hace dos semanas escasas se jubiló. «Me retiro por imperativo de la edad», asegura este marino, que también es vicepresidente de la fundación Letras del Mar, una entidad que pretende aficionar a los españoles al mar a través de la literatura. «Hace poco en la fundación le dimos la Medalla de San Telmo a Arturo Pérez Reverte por sus libros de batallas navales». Ahora en su tiempo libre se dedicará a esta fundación y a la Asamblea Amistosa Literaria de la que también es vicesecretario, además de presentar un par de libros y hacer prólogos que le han pedido. También aprovechará para pasar más temporadas en Eivissa, aunque ya en los últimos años ha repartido su tiempo entre la isla, Madrid y Cartagena, donde también tiene casa. «Siempre he tenido añoranza de Eivissa, porque además en Madrid se me reseca mucho la piel y cuando estoy allí le digo a mi mujer que necesito dormir en sábanas húmedas como las de aquí. Cuando llego a Valencia ya empiezo a revivir».
Aunque lo cierto es que no se arrepiente de haber estado viviendo en tantos sitios a la vez. «Es mucho más bonito ir cambiando de aires; además, son exigencias de la profesión; en la Armada hay una gran movilidad», asegura Juan Ferragut, que ha intentado compaginar su trabajo con la familia, aunque sabe que en muchas ocasiones ha faltado. «Siempre es complicado. Mi mujer ha tenido que hacer de padre muchas veces; tengo cuatro hijos y en dos de los partos no pude estar, una por estar de maniobras y otra en medio del Atlántico». C. Roig
Mariano Juan Ferragut critica que en las Pitiüses haya tan poco interés por el patrimonio del mar. «Los políticos, sean del color que sean, siempre miran hacia dentro, a lo rural y no a la Eivissa marinera». Para este marino, ayer, 1 de junio, debería ser fiesta en Eivissa, porque se cumplieron 200 años desde que Antoni Riquer apresara a un corsario británico conocido como 'El Papa'. Ese fue el broche de oro, según Juan Ferragut, a 200 años de corsarios en Eivissa. «El mar y los corsarios nos han dado personalidad, y es algo que se debería tener en cuenta».
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