La delegada de Educación en Eivissa y Formentera, Pilar Marí, atribuyó este aumento del número de expedientes a que «hay una mayor sensibilidad sobre este tema y para prevenir conductas; se está más atento».
Marí subrayó que en la Conselleria d'Educació «se está muy pendiente de que estos temas se controlen mucho para evitar que vayan a más, hay una mayor preocupación».
Los expedientes están abiertos en institutos y, sólo en casos muy excepcionales, en centros de educación primaria. Al contrario que puede suceder en Palma, la delegada comentó que en las Pitiüses «no hay ningún centro educativo con mayor incidencia de casos respecto a otros» .
Los expedientes se pueden abrir por dos motivos: faltas consideradas gravemente perjudiciales para la convivencia del centro o por acumulación de faltas leves. El expediente sancionador es abierto por el director del centro educativo, que lo comunica a la familia y al área de Inspección Educativa para su seguimiento y garantía de los derechos del alumno. A partir de ahí se dicta una resolución, que puede ser recurrida ante el conseller, que tiene la competencia delegada en el director general, y en ese punto finaliza la vía administrativa. Sólo en unos pocos casos, en los más graves, si la familia o el alumno están en contra de la resolución del centro educativo puede abrirse un contencioso administrativo ante los tribunales.
Expulsión
En cuanto a las sanciones que implica la apertura de un expediente, el Real Decreto de 1995 de Derechos y Deberes de los Alumnos establece que pueden ser graduales, pudiendo ir desde una amonestación, la expulsión temporal (entre tres días y un mes), hasta el cambio del centro de alumno. Las denuncias que motivan la apertura de un expediente disciplinario pueden partir de cualquier miembro de la comunidad educativa.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.