Más de 25 años avalan la trayectoria del circo Williams. Eduardo es el encargado y máximo responsable de este circo desde que un familiar suyo, que se dedicaba a lo mismo, decidió retirarse del mundo circense. Leones, cebras, gatos, llamas y un personal que se encarga de cuidar a los animales conforman un equipo de trabajo que, con el paso del tiempo, se ha convertido en una pequeña familia. «Es un pueblo nómada que vive como cualquier otro pueblo, con sus problemas y quehaceres diarios», cuenta el encargado. Sin embargo, Eduardo afirma que se trata de una manera de vivir un tanto especial ya que no tienen un lugar de residencia fijo por lo que viven en caravanas. Este circo ha viajado por el resto de España, Asia, Africa...pero desde hace un tiempo se mueve más por Balears ya que, para Eduardo, es especial.

Las personas que trabajan con los animales ponen toda su dedicación y esfuerzo en las tareas que desempeñan, que se caracterizan por ser bastante variadas ya que se realizan en función de los espectáculos programados para las funciones. El padre de Laura es domador de leones. Ella se ha criado desde pequeña en el circo por lo que la pasión por los leones de su padre también le invadió. Así pues, desde hace aproximadamente dos años ayuda a su padre en la doma de los grandes felinos. Esta chica afirma que lo mejor de su trabajo es la inexistencia de la rutina. «Me gusta viajar, conocer gente y ver otros lugares. Sin duda alguna es lo mejor de este trabajo», cuenta Laura. Erika es una italiana que lleva un año en este circo haciendo el espectáculo de trapecio fijo. Durante ocho minutos, a cinco metros de altura, y sin tocar el suelo, esta joven empieza a mover su cuerpo con diferentes contorsiones. Su trabajo requiere una gran fortaleza física por lo que Erika entrena diariamente unas cuatro horas y, en el caso de que tenga que preparar un nuevo número, su preparación física ronda las ocho horas diarias todos los días de la semana durante dos semanas consecutivas. Reconoce que su trabajo es muy cansado pero que ver la cara de asombro de la gente mientras ella actúa le hace olvidar el agotamiento físico. La escocesa Gilian se encarga de los gatos, animales con los que prepara un número en el que los pequeños felinos saltan y representan una historia con la ayuda de Gilian y un compañero de ésta. El italiano Jimmy es el acróbata, equilibrista y cantante del circo.- Tiene casa fija en Verona pero reconoce que no la echa de menos porque le encanta ir de un sitio a otro.

María José Real