A las colas por la falta de taxis, la saturación de las instalaciones aeroportuarias y, en definitiva, a los agobios propios del verano, cabe añadir también el problema de las molestias de las moscas. Se está convirtiendo casi en una costumbre que por estas fechas el aeropuerto tenga que soportar una plaga de moscas, que se concentran principalmente en la cafetería y en los exteriores. Parece ser que el problema estriba en los lodos de la depuradora que durante este mes el Instituto Balear de Saneamiento (Ibasan) vierte en algunas fincas agrícolas colindantes con las pistas del aeropuerto.

Así las cosas, ayer mismo el aeropuerto se puso en contacto con el delegado del Ibasan en las Pitiüses, Juan Carlos Martín, para tratar de buscar una solución. El servicio de comunicación de AENA informó a este periódico que realmente estos días hay más moscas de lo normal y que es un problema que ya ha pasado otros veranos. «La empresa contratada por el aeropuerto para controlar plagas pone trampas estos días para acabar con las moscas», explicó. AENA puntualizó, no obstante, que la proliferación de mocas «no ocasiona ningún problema de salubridad».

La cafetería es uno de los puntos más sensible y así lo confirmó ayer a este diario uno de sus empleados, quién afirmó que los últimos días han sido «horrorosos». «Hemos tenido que poner un aparato para reducir el número de moscas», señaló.

Por su parte, el delegado del Ibasan inspeccionó ayer mismo las fincas próximas al aeropuerto que están siendo abonadas para constatar si la plaga de moscas tiene o no su origen en el vertido de lodos. Martín reconoció que agosto es un mes «crítico» por el calor y la falta de lluvias y que estas condiciones propician la aparición de más moscas de lo normal. Para evitar estas molestias, Martín aseguró que en los próximos días se verterán los lodos en otra finca más alejada del aeropuerto e informó que la próxima semana se reunirá con el director del aeropuerto para tratar de buscar una solución definitiva.