-La semana pasada murió un joven tras consumir drogas. ¿Cómo llegó a Urgencias?
-Antes de ser ingresado, el paciente estaba en una discoteca y detectaron que estaba mal, agresivo, inquieto y raro. Lo sacaron al aire libre y llamaron a la ambulancia medicalizada. Cuando llegó la UVI móvil estaba inconsciente y con algún problema respiratorio. Una vez en la UVI, tuvo una parada cardiorrespiratoria y lo intubaron para estabilizarlo. Al darse cuenta de que era un caso grave lo llevaron a Urgencias de Can Misses donde llegó en esta situación con problemas respiratorios. Estuvo en Urgencias de paso y fue inmediatamente ingresado en la UCI durante unas horas. Posteriormente falleció.

És te no es el primer caso que atiende Urgencias de intoxicados por drogas ni la primera muerte.
-Llevamos muchos años tratando este tipo de enfermos, si se pueden llamar así, que ingieren drogas legales, como alcohol, e ilegales, y algunos de ellos fallecen.

¿Qué porcentaje de carga de trabajo supone este tipo de pacientes para Urgencias frente a otro tipo?
-La sensación que tenemos es que es una carga de trabajo extra puesto que el paciente que viene grave por una enfermedad asumes que necesita una serie de cuidados, tiempo y dedicación. Este, quieras o no, es un 'enfermo' que ha decidido hacer algún tipo de consumo para su diversión. Es una gran carga de trabajo desde que se decide avisar a un servicio sanitario, como ambulancias, que tienen que trasladarlo hasta el hospital y utilizar todos los recursos. Todo el personal sanitario que necesitas hay que implicarlo en el paciente, intentar diagnosticar y tenerlo en observación hasta que le puedes dar de alta. Representa muchos esfuerzos porque muchos vienen agresivos, verbal o físicamente, y requieren mucha dedicación para algo que es el consumo de una droga. Nos lleva mucho tiempo de trabajo. El personal de Urgencias hace una labor muy importante y yo me siento muy orgulloso de trabajar con ellos.

-También se encuentran con que no saben a lo que se enfrentan porque desconocen lo que han consumido. ¿Cómo lo abordan?
-Recopilamos información a través de los conductores de ambulancias que han contactado con amigos. Si vienen conscientes te pueden decir algo. También utilizamos análisis en los que se determina la presencia de determinadas drogas. Otras, en cambio, son indetectables porque no existe el reactivo que te demuestra que está presente, como el GHB. En la exploración física puedes determinar ciertos signos en los que te puedes orientar en el diagnóstico, pero es verdad que muchas veces te quedas sin saber que es lo que ha consumido.

-Usted se refirió recientemente a la permisividad de Eivissa en cuanto al tráfico de drogas ¿Cuentan con apoyo externo para abordar estos casos?
-Es un hecho conocido que existe la droga y se distribuye de una manera ilegal. Hay una serie de administraciones que pueden prevenir y controlar este tema, igual que los médicos podemos prevenir una enfermedad infecciosa en la que ponemos una vacuna. Son drogas que no están controladas, no sabes en qué laboratorio se han elaborado, qué dosis lleva cada producto o si son de una pureza determinada. Claro que hay algo más que hacer en todo esto. Me llama la atención que hace tantos años que conocemos este tema y ahora se haya levantado tanta polvareda por un caso desgraciado y determinado. Pero esto ocurre desde hace tiempo.

-¿Le molesta que el servicio sea conocido sólo por pacientes atendidos por abuso de drogas?
-El servicio de Urgencias está para dar atención a todos los ciudadanos que reclamen asistencia y si entre ellos están los intoxicados por drogas, tenemos que asumirlo. No me molesta que sea conocido por esto, pero preferiría ser un hospital puntero por investigación científica que por la crónica de sucesos. Es un trabajo bastante indicado para la especialidad de urgenciólogos que reclamamos, ya que no existe ninguna especialidad en concreto.

-¿Se han sentido intimidados por las reacciones de los pacientes cuando llegan al hospital?
-Hay un guardia de seguridad y unos celadores que nos ayudan si acude un enfermo agresivo. Nos sentimos intimidados porque corres el riesgo de una agresión física. Las verbales están a la orden del día.

-¿Cómo reacciona un paciente cuando se le comunica que ha estado en coma por la ingesta de drogas?
-Muchos de ellos si han llegado en coma están sorprendidos, se ven con pañales, no saben muy bien porque están allí. Les preguntas el nombre del hotel y lo desconocen. Dependen de la droga que han consumido. Los que vienen en coma por GHB tienen un despertar bastante lúcido, simplemente andan despistados. Si les explicas que han venido agresivos, recuperan su educación y te piden disculpas.

-¿ A cuántas personas se puede atender por drogas en verano?
-Cinco y seis personas que acuden cada día al servicio de urgencias de Can Misses están relacionadas con el consumo de drogas. Hay días que vienen once o doce y otros días, tres o cuatro.

-¿Qué media de población se atiende en verano?
-En agosto hay días en los que hemos atendido a 260 personas. Eso es una exageración. La media de urgencias al año ronda los 130 o 140 enfermos.
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¿Sigue pensando que la población abusa de Urgencias?
-Sí. Hasta tal punto que se ha tenido que crear una consulta rápida para pacientes con una patología leve. Tenemos un sistema de triage que hace Enfermería y determina las prioridades del uno al cinco, de mayor a menor. La mayoría de los pacientes están en un nivel de prioridades leves. Eso significa que la población utiliza Urgencias del hospital de manera incorrecta. Aunque tienen todo el derecho a hacerlo, deberían conocer sus obligaciones. Nuestro servicio no es un cajero automático aunque, en ocasiones, lo parece. Me quejo porque tenemos una sanidad pública excelente y unos recursos limitados y eso la gente debería de tenerlo en consideración. A nadie le gusta esperar, pero deben comprender que tienen unos cauces lógicos que es ir a su médico de cabecera y a sus centros de salud abiertos las 24 horas. Existe un abuso de Urgencias en detrimento de las emergencias reales.

-¿Le preocupan los tiempos de espera?
-La mayoría de nuestras reclamaciones están relacionadas por el tiempo de espera que, a veces, es difícil de controlar. Las avalanchas que tenemos en momentos puntuales son enormes y es imposible filtrar con rapidez. Es difícil porque cuando ocurre una avalancha, dispones de lo que dispones y has de priorizar.

-¿Le teme al verano el servicio de Urgencias?
-Sí, tenemos un hospital para un número determinado de tarjetas sanitarias que ha quedado sobrepasado y en verano se dispara más. Necesitamos muchos más recursos humanos que son difíciles de obtener. Es una gran carga de trabajo.

-¿Esperaba esta expectación?
-La verdad es que no. Para nosotros es algo habitual, pensaba que no tendría esta repercusión pero me alegro si sirve para que se ponga un límite a este descontrol.

-¿Está siendo este el peor verano del servicio de Urgencias?
-Aún no ha acabado, se lo diré al final del verano.