La Asociación de Apicultores de las Pitiüses sostiene que las
fumigaciones que realiza la Conselleria de Medi Ambient para acabar
con la plaga de la procesionaria son letales con las larvas de las
colmenas, en contra de lo que determina el estudio realizado por el
especialista Antonio Pajuelo. «Todo es mentira», afirma el
presidente de los apicultores de la isla, Antonio Peinado, que
asegura que este año no se ha producido la mortandad del anterior
porque las fuertes lluvias de noviembre se llevó el producto
fitosanitario (Bacillus thuringiensis) lanzado desde la
avioneta.
El autor del estudio, Antonio Pajuelo, afirma, en cambio, que la
influencia de la lluvia es sólo una opinión no demostrable: «El
hecho real es que inmediatamente después y en los días posteriores
al tratamiento no ha habido merma en la actividad de las colmenas
ni mortandad en las abejas». El informe realizado por Pajuelo
concluye que a corto plazo el tratamiento no ha sido nocivo para
los insectos y que una posible explicación de la mortandad de 2003
podría ser la sequía, aunque para confirmarlo sería necesario
acometer el mismo estudio en años sucesivos. El presidente de los
apicultores critica este estudio porque, entre otras cosas,
considera que el especialista no puede descartar la existencia de
enfermedades con una simple inspección visual. «No se pueden
detectar enfermedades sin la toma de muestras y su análisis en el
laboratorio», indicó.
El especialista asegura, no obstante, que con el trabajo de
campo quedó claro que no era preciso tomar pruebas: «Soy un
profesional con 30 años de experiencia en el diagnóstico de
enfermedades, y en el control de campo no aprecié ningún síntoma
que requiriera una analítica en el laboratorio». Peinado insiste en
que las fumigaciones para combatir la procesionaria son nocivas
para las colonias de abejas y pone como ejemplo el caso de
Guadalajara, donde la asociación de apicultores ha denunciado ante
el Seprona la mortandad de 180 colmenas a causa del mismo producto
fitosanitario. Según informa la revista especializada Vida Apícola,
los veterinarios de la asociación de apicultores de Guadalajara
constataron que las abejas murieron por envenenamiento. Peinado
apunta que «el prospecto» del Bacillus dice que el producto es
«relativamente» inocuo para las abejas. El presidente de los
apicultores explica que el Bacillus no afecta a las abejas adultas
y cree que sí lo hace a las larvas, lo cual rompe el equilibrio de
las colmenas. La asociación tiene 4.000 colmenas aproximadamente y
en cada una puede haber 35.000 abejas aproximadamente.
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