Varios pacientes pasaron la noche del martes atendidos por el servicio de Urgencias del hospital Can Misses a la espera de que hubiera una cama libre en el hospital para poder ser ingresados. La presión asistencial en Can Misses se disparó ayer, aunque la Gerencia del Àrea de Salud no habilitó la zona extra del hospital, que sí se acondicionó el invierno pasado ante cualquier contingencia, ni tampoco se enviaron pacientes a la Policlínica del Rosario.

La tarde del martes hubo ingresos en el hospital, pero ya por la noche se registraron los primeros problemas por la falta de camas. Ayer por la mañana, a la una del mediodía, varios pacientes aguardaban en el servicio de Urgencias a que hubiera una cama libre para ser trasladados en planta, según confirmaron ayer fuentes sanitarias.

La presión del hospital en los meses de enero y febrero están siendo muy elevada, no tanto por la gripe sino porque aumentan las complicaciones en las enfermedades de los pacientes que obligan a su ingreso en el hospitalario. Las inclemencias del tiempo están afectando, sobre todo, a los enfermos crónicos que se han descompensado estos días, lo que hace necesario su ingreso en el hospital durante varios días para remontar la crisis. Los profesionales consultados coinciden en destacar que está siendo «un invierno muy duro» para los enfermos.

El gerente del Àrea de Salud de Eivissa y Formentera, Ignacio Martínez, negó ayer que el hospital Can Misses estuviera al cien por cien de ocupación, pero sí que reconoció que la presión asistencial «es elevada, con lo que vamos capeando el temporal». Martínez, no obstante, reconoció el aumento de pacientes «por las oscilaciones de temperatura, que afecta a los pacientes más frágiles con patologías respiratorias y cardiovasculares». El gerente afirmó, además, que puede haber momentos de la jornada diaria del hospital en la que la situación se puede complicar: «Hay momentos en el día en el que coincide que los médicos están dando las altas, el servicio de enfermería está agilizando la tramitación y las últimas curas y hay personas pendientes de un ingreso». No obstante, pese a estas situaciones, aseguró que «el hospital está aguantando el tirón bastante bien».