El Govern controlará en los próximos tres años la producción de
gases de efecto invernadero de la central eléctrica de Gesa-Endesa
en Eivissa y Ladrilleras Ibicencas, incluidas junto a otras 10
industrias de Mallorca en el plan nacional de reducción de
emisiones de dióxido de carbono (CO), para cumplir con el Protocolo
de Kyoto, que ayer entró en vigor en España y otros 140 países.
El Protocolo de Kyoto obliga a los países que suscribieron el
acuerdo, adoptado en la Cumbre de Río de 1992, a reducir en el
plazo 2008-2012 las emisiones de gases de efecto invernadero al
nivel de 1990. Balears produce actualmente nueve millones de
toneladas al año de dióxido de carbono, lo que supone entre el 2'3
y el 2'5% del total del Estado, y tiene la obligación de reducir a
partir de 2008 la emisión de 2'1 millones de gases anuales (en 1990
el archipiélago producía 5'9 millones de toneladas al año, un 15%
menos que ahora). La isla de Eivissa produce 666.500 toneladas de
gases al año, que viene a ser el 96'3 % del conjunto de las
Pitiüses, según consta en la auditoría ambiental realizada hace dos
años
Para cumplir el Protocolo de Kyoto, el Govern balear ha creado
la dirección general para el Cambio Climático, que, entre otras
cosas, supervisará las emisiones de los 12 grandes centros emisores
de Balears. El consumo eléctrico y el transporte por carretera
aglutinan el 70% del total de las emisiones. El Ejecutivo
autonómico hará especial incidencia en atajar esta vía de fuga de
dióxido de carbono a la atmósfera través del Plan Energético, que
contempla la conexión de la isla con la península a través del
cable eléctrico, el gasoducto y distintas medidas para incentivar
el uso de energías renovables, así como el Plan de Transportes,
según explicó ayer el conseller de Medi Ambient, Jaume Font, en una
comparecencia parlamentaria para dar cuenta del plan de acción.
Font explicó que la incidencia del sector industrial es muy
reducida, pero la dirección general por el Cambio Climático
controlará las emisiones de los dos grandes productores de Eivissa.
En principio, Gesa, una vez puesto en marcha el Plan Energético,
cumplirá lo previsto en el plan nacional de reducción de
emisiones,según informó ayer a este periódico la Conselleria de
Medi Ambient.
No obstante, Ladrilleras Ibicencas está obligado a producir a
partir de este año y hasta 2008 un máximo de 3.177 toneladas de
dióxido de carbono anuales. Al final, el Govern deberá dar cuentas
de los resultados ante el Gobierno central, que, a su vez, deberá
hacer lo mismo ante la Unión Europea. Font puntualizó en su
comparecencia que, pese a poner en marcha todo este proceso, el
Govern «no potenciará ni mensajes apocalípticos ni escenarios de
futuro tan inquietantes como difíciles de demostrar».
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