Los directivos de la empresa eléctrica Gesa se reúnen hoy con los
técnicos de medio ambiente del Consell Insular y con la dirección
de los institutos de secundaria de Isidor Macabich y Blanca Dona
con el fin de poner solución a los temblores que sufren los centros
de enseñanza.
«Desde hace tiempo, los alumnos alegan que tienen dolores de
cabeza y malestar por las vibraciones que casi con certeza podemos
señalar que provienen de la central de Gesa», señaló ayer a este
periódico la directora del instituto Blanca Dona, Esperanza Marí.
En este sentido, Marí indicó que más que desperfectos físicos en
las instalaciones del centro, las vibraciones provocan molestias y
malestar entre los alumnos desde el pasado año.
Asimismo, la directora del centro señaló que los alumnos también
tienen que soportar temblores en los cristales del ala del centro
que se encuentra orientada a la central eléctrica.
Hay que recordar que la compañía eléctrica fue denunciada en
agosto por los vecinos de Puig d'en Valls por el ruido de la
central. De esta forma, los vecinos alegaban el riesgo al que se
exponen para su salud así como la integridad de sus viviendas
causado por las vibraciones y el humo con carbonilla que desprenden
las instalaciones.
Como resultado de estas molestias, los perjudicados mostraron
también trastorno del sueño en forma de insomnio as como la
alteración del ritmo de vida normal «pudiendo provocar estado de
fatiga, cansancio, irritabilidad, disminución de atención la
existencia de síntomas vegetativos», según rezaba la sentencia.
Como resultado, la central se vio obligada a realizar una
modificación importante en los conductos de escape, que son de
fabricación alemana. En el caso de los conductos instalados en
Eivissa, uno de ellos tenía un problema de fábrica con los que las
bajas frecuencias afectan a los vecinos de los alrededores de la
central eléctrica de Gesa.
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