La entrega pública de regalos en Sant Francesc y Sant Ferran fueron el colofón perfecto a unas fiestas que para muchos se hacen eternas. Sobre todo para los más pequeños que no ven llegar el día de los Reyes y que además, como dicen, no tendrán apenas tiempo de jugar porque de inmediato se regresa a la escuela. Como es tradicional en Formentera, el día de Reyes se realiza tanto en Sant Francesc como en Sant Ferran y allí tienen lugar las entregas en público de los regalos que los Reyes de Oriente han traído para los niños, o no tan niños de la isla.

Es una costumbre que data de antiguo y en la que siempre se establecían unos distingos entre familias, muchas de las cuales aprovechaban esta circunstancia para hacer una clara ostentación de su pujanza económica.
Para este año, los responsables de las fiestas decidieron limitar el número de regalos por niño y familia, y al mismo tiempo, recomendar no hacer regalos espectaculares. El propio Consistorio ha colaborado regalando, en especial a las familias menos favorecidas con obsequios no bélicos ni sexistas.

Con todo lo que se esperaba que se liquidara en poco tiempo y lejos de las tres horas que duraba habitualmente, la entrega de regalos se demoró casi los mismo porque había, y se pudo certificar, unos padres que tenían las consignas específicas junto a los que no tienen hijos en edad escolar y que no sabían de la limitación de regalos. De esta forma, algún que otro ganapia tuvo más presentes que otros niños que con ojos desmesurados esperaban que la lluvia de regalos prosiguiera.

También se notó que la congregación de la escuela de Ca ses Monges cuenta con un amplio respaldo popular por cuanto algunas de ellas, si no la mayoría, recibieron obsequios de multitud de familias. No obstante estos datos, festivos, sí debe remarcarse que de alguna manera la limitación propuesta, que no impuesta por el Consistorio, en el número de regalos por infante, menguó sobremanera la afluencia de público al acto. Y al mismo tiempo ha supuesto, y eso es vox populi, una clara controversia si la medida adoptada por el Ayuntamiento es la correcta o no cuando se trata de esta tradición. Por encima de todo ello los enanos tuvieron sus regalos, más en casa que en público y todo el mundo quedó más o menos satisfecho.