El pleno del Consell Insular llevará a aprobación por fin el
próximo lunes el proyecto de la planta de transferencia de
Formentera, previsto en el Plan Director Sectorial de Residuos. La
construcción de estas nuevas instalaciones, que se ubicarán en la
zona de Cap de Barbaria, permitirá hacer una primera selección de
residuos que posteriormente se transportarán hasta Eivissa, al
vertedero de Ca na Putxa.
Precisamente ayer el conseller insular de Medio Ambiente, Josep
Mayans, realizó una visita de obras al vertedero para comprobar 'in
situ' cómo marchan los trabajos de impermeabilización, que en la
actualidad se centran en la celda que se destinará a despojos
animales no considerados MER (material específico de riesgo) y a
materiales sanitarios. En estos momentos, parte de este depósito ya
se ha cubierto con una capa de bentonita, que equivale a un metro
de arcilla de grosor, y otra lámina de polietileno, que se somete a
un proceso de termosellado. Sobre estos dos mantos se tiene que
colocar geodren, un material que protege de los rayos solares y
permite que los líquidos lixiviados que produzcan los residuos se
canalicen hacia un pozo de bombeo para posteriormente poder
depurarlos. Encima se colocarán 40 centímetros de grava que
servirán de filtro. Mayans explicó que tanto la tierra y como la
grava que se están empleando en los trabajos de acondicionamiento
se producen en el propio vertedero.
El gerente de la UTE Gestión Integral de Residuos de Eivissa y
Formentera (GIRE), Emeterio Moles, manifestó su confianza en que la
celda específica para despojos animales esté impermeabilizada para
finales de noviembre y que el primer depósito para residuos sólidos
urbanos esté para finales de diciembre. A falta de hacer otras
infraestructuras, las previsiones apuntan que no será hasta febrero
cuando se pueda empezar a usar esta última celda.
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