Susan Deakin empezó a donar sangre cuando nació su hijo ahora hace 29 años y en todo este tiempo ha realizado ya 66 donaciones. Emilia Solera comenzó en 1976 porque su padre, muy enfermo, necesitaba una transfusión y ha seguido haciéndolo como una rutina cada tres meses hasta que la edad se lo ha permitido alcanzando las 63 donaciones, la misma cifra que ostenta María Bonet. Nieves Torres en 30 años ha hecho 72 donaciones, Sebastián Roque en 32 años, 75, y José Rodríguez en 27 años, 77. Todos ellos fueron homenajeados ayer en la sede del Consell en un acto con el que se quiso reconocer públicamente el altruismo, la generosidad y la constancia de estas personas que, sin duda, han contribuido con su labor de tantos años a salvar muchas vidas. Cada uno de ellos recibió un diploma y una insignia que representa la máxima distinción que otorga la Federación Española de Donantes de Sangre a las mujeres que superan las 60 donaciones y a los hombres que llegan a las 75 donaciones.

El homenaje contó con la presencia de los 120 miembros del decimotercer Congreso Nacional de Donantes de Sangre, que se desplazaron hasta las Pitiüses desde Palma. Encabezaron el acto el presidente del Consell, Pere Palau, el conseller insular de Sanidad y Bienestar Social, Vicent Serra, el presidente de la Federación Española de donantes de Sangre, Martín Manceñido y el presidente de la Asociación de Donantes de Sangre de Eivissa y Formentera, Antonio Sepúlveda, que aprovechó su intervención para solicitar al gerente de la Fundación Banco de Sangre y Tejido de las Islas Baleares, Víctor Gistau, un lugar adecuado en las Pitiüses con un amplio horario para poder donar sangre. Asimismo, hizo un llamamiento, especialmente a los jóvenes, para que acudan a donar sangre. Según los datos aportados por la asociación, en agosto y septiembre han bajado alarmantemente las donaciones en Eivissa registrándose en torno a 400 en estos dos meses.