El termómetro marca estos días en las Pitiüses una temperatura media de 24,1ºC, lo que supone casi tres grados más (2,8ºC en concreto) de lo normal en esta época del año. Por normal, se entiende la media de las temperaturas registradas en el mes de octubre en los últimos 30 años. El Centro Meteorológico de Balears reconoce que se trata de una situación anómala, con una diferencia de temperatura «importante».

El miércoles, por ejemplo, el mercurio marcó un registro máximo de 31,1ºC, rozando el récord alcanzado en octubre de 1997 de 31,2ºC. El director del Centro Meteorológico de Balears, Agustí Jansà, explicó ayer a este periódico que esta subida de las temperaturas se debe a la entrada de aire africano, lo cual, según dijo, «se trata de una anomalía cálida mucho más exagerada que hace 30 años».

Por otra parte, los fuertes episodios de lluvia típicos de la entrada en la estación de otoño aún no han aparecido, lo que condiciona que actualmente el balance hídrico de las Pitiüses esté en números rojos, con un 15 por ciento menos de lo normal. En septiembre sólo se registraron 19 litros por metro cuadrado de lluvia, cuando en condiciones normales deberían haber caído 40 litros. Por el momento, en lo que llevamos de octubre tampoco ha precipitado ni una sola gota de agua y lo normal es que al final de octubre se recojan 65 litros como mínimo. A finales de agosto el balance hídrico de las Pitiüses aún era positivo, por lo que el comportamiento anómalo de septiembre, en cuanto a lluvias se refiere, ha condicionado el déficit hídrico actual.

Jansà afirma que el calor anómalo de estos días no guarda relación con la falta de lluvias. «No hay motivos para pensar que exista una relación, puesto que puede haber lluvias con temperaturas altas o bajas», indica el director del Centro Meteorológico de Balears. Para justificar la escasez de lluvias, Jansà asegura que no se están produciendo las situaciones de presión de aire frío en altura que desencadenan los grandes episodios de lluvia. «No hay motivos concretos para explicar por qué no se producen. La atmósfera es muy variable y a veces le pega por una cosa u otra», apunta.

El déficit hídrico actual recuerda los registros del último periodo de sequía que asoló a las Pitiüses. Jansà apunta, por ejemplo, que en octubre de 2001 no llovió ni una sola gota, aunque recalca que aún puede cambiar la situación de aquí a final de mes. «No tenemos que desesperarnos todavía», dice. Indica, además, que en octubre del 88 sólo hubo cuatro litros y un año después, seis; registros muy alejados de los 182 litros de 1992. «Lo normal es que en octubre llueva bastante, pero también hay años en los que no», advierte.

La situación anómala de calor parece que cambiará en los próximos días. El Centro Meteorológico de Balears informa de que entre el domingo y el martes se esperan lluvias, aunque, según Jansà, «todavía no está muy claro». Lo que sí parece claro es que a partir de la semana que viene las temperaturas bajarán cinco grados. Este descenso del mercurio no será aún definitivo. «Siempre hay retrocesos», justifica. Precisamente, a mediados de septiembre ya se registró una bajada de la temperatura, pero luego volvió a subir.