Un fallo en el sistema eléctrico del hospital Can Misses obligó
anteayer a interrumpir una intervención quirúrgica cuando la
paciente se encontraba anestesiada e intubada, ya preparada para la
operación quirúrgica. «Por un principio de prudencia se valoró lo
que se tenía que hacer para no correr riesgos. Las decisiones las
tomamos con el menor riesgo para el paciente», comentó ayer el
gerente del Àrea de Salud, Ignacio Martínez Jover, acerca de este
suceso.
El apagón ocurrió a última hora de la mañana del martes cuando
se desató una tormenta en Eivissa con la mala fortuna que cayó un
rayo en una torre de Gesa y «hubo problemas de suministro», explicó
ayer Martínez. Los problemas afectaron también a otros
departamentos del hospital y hubo fallos en el sistema
informático.
En esos momentos se realizaba una operación en el quirófano y
«se decidió finalizar lo que estaba haciendo, no hizo falta tomar
otra decisión», se limitó el gerente a manifestar acerca de la
intervención quirúrgica paralizada, sin dar más explicaciones. En
aquellos momentos, la actividad quirúrgica del hospital «era
mínima», según el gerente, y se decidió paralizarla. En el caso de
que se hubiera producido una intervención quirúrgica de urgencia se
hubieran desviado pacientes a la Policlínica del Rosario pero no
fue necesario.
La interrupción de la operación suscitó ayer una gran
preocupación entre los profesionales del hospital por el estado de
los quirófanos de Can Misses ya que no funcionaron los generadores
de emergencia preparados ante estas circunstancias. «Esto no ha
pasado nunca en el hospital. Ha sido una situación tercermundista»,
comentaban. Uno de los motivos de queja de los profesionales es la
precariedad de las instalaciones del área quirúrgica. En junio
volvió a haber problemas en el hospital al producirse una gotera en
el área quirúrgica que obligó a paralizar la actividad aplazando
varias operaciones.
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