El X Congreso de la Federación Socialista de las Pitiüses (FSP),
que se celebrará el próximo fin de semana en el hotel Los Molinos,
será para la mayoría de la familia socialista el de la liberación.
El partido inicia una nueva etapa, impulsada y marcada por el éxito
electoral del proyecto de Zapatero y por la ruptura de las ataduras
impuestas por la coalición progresista.
El Pacte aún existe físicamente (se mantienen vivos los acuerdos
anteriores a las elecciones autonómicas y municipales del 25 de
mayo del año pasado), aunque ya no funciona como tal, salvo en el
Ayuntamiento de Eivissa. Por primera vez en los últimos ocho años,
el PSOE decidió hace pocos meses romper con sus socios de la
izquierda pitiusa y presentar un proyecto propio, con el sello rojo
del PSOE, para la candidatura al Senado en las pasadas elecciones
generales. Fue el principio del fin o, el comienzo del viaje al
centro.
El PSOE parece que quiere desligarse definitivamente de las
políticas radicales de los verdes y los nacionalistas, que, según
sus propios analistas, justifica en parte el fuerte varapalo
sufrido en las últimas elecciones autonómicas. La ponencia marco
del X Congreso asume ahora, por ejemplo, la conveniencia de
construir más campos de golf y nuevos puertos deportivos, lo que ya
ha sido objeto de crítica por sus socios de la izquierda y los
ecologistas. El GEN ha lamentado públicamente que la política del
PSOE coincide con la del PP en lo que a campos de golf e
instalaciones náuticas se refiere.
La FSP también quiere olvidar el «clima de hostilidad» y las
desavenencias internas del anterior gobierno insular del Pacte. Así
lo reconoce también en su ponencia, se supone que con propósito de
enmienda. La renuncia de Xico Tarrés a seguir al frente de la
dirección del partido es otro signo que confirma que corren muy
malos tiempos para el Pacte, y, sobre todo, para sus planes de
futuro. Tarrés es el socialista que más ha apostado por el Pacte y,
personalmente, es a quién le ha dado un mayor resultado. Deja la
secretaría general del partido (no opta a la reelección) porque
quiere dedicarse íntegramente a sus obligaciones en la alcaldía de
Eivissa y a vivir alejado de los quebraderos de cabeza del día a
día de la familia socialista.
Los tiempos han cambiado en el PSOE hasta tal punto que el
elegido por Tarrés para la sucesión, su amigo Pedro Campillo, es
quien en principio parte con desventaja. Eviejo Vicent Tur (ya fue
secretario general cuatro años) vuelve a la carga y, para sorpresa
de los que encarnan la corriente oficialista, Roque López se ha
hecho fuerte en la agrupación local de Eivissa y parece que también
en la de Formentera, lo que le da muchas posibilidades de acabar
siendo el número uno de los socialistas en las Pitiüses. Los
candidatos coinciden en que lo conveniente es cerrar una lista
única, pero nadie quiere renunciar a encabezarla. Los delegados
elegirán.
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